El custodio de la familia de Araceli Fulles mató a un delincuente que le quiso robar la camioneta
La familia de la joven víctima de femicidio recibe amenazas desde que Carlos Damián Cassalz, Hugo Martín Cabañas y Marcelo Escobedo fueron condenados a prisión perpetua por violación y homicidio.
Marcelo Basualdo, uno de los custodios de la familia de Araceli Fulles, la joven de 22 años víctima de un femicidio en 2017, estaba con la puerta abierta de su camioneta Fiat Fiorino, justo afuera de la casa donde realiza tareas de protección, cuando fue abordado de forma sorpresiva por delincuentes que llegaron desde la esquina corriendo y se trenzaron en un ida y vuelta con él.
Se supone que en un intento de defenderse del ataque, el oficial de la Policía de la Provincia de Buenos Aires -que oficia de custodia desde las 7 a las 19 junto a una efectiva de la Policía Federal- le disparó a uno de estos hombres y lo mató. Todo ocurrió en el cruce de las calles Lynch y Campichuelo, en la localidad de Villa Ballester, en el partido de San Martín.
La primera hipótesis que se baraja es que los delincuentes se acercaron a su utilitario con miras de robarle y que no habrían advertido que era policía dado que estaba vestido de civil.
Sin embargo, LN+ informó que la familia de Fulles recibe amenazas desde que Carlos Damián Cassalz, Hugo Martín Cabañas y Marcelo Escobedo fueron condenados a prisión perpetua por violar y asesinar a la joven. Incluso, que los integrantes de la vivienda denunciaron un amedrentamiento con disparos el pasado domingo, lo que podría hacer que la causa tome otros ribetes.
Las sospechas de la familia Fulles
De momento, se sabe que Basualdo intercambió tiros con los miembros de la banda que habrían llegado a asaltarlo, y que lo debieron hospitalizar porque estaba herido. Sin embargo, la familia Fulles tiene otras sospechas.
Ricardo Fulles, el padre de Araceli, esta mañana dio más detalles de lo sucedido. “Es dudoso, porque todo el mundo sabe que hay dos consignas y fueron directamente a él para reprimirlo, fueron a la persona”, sostuvo el hombre, que hipotetizó: “A lo mejor lo querían agarrar a él para llegar a nosotros más fácil”.
El hombre dijo que había llegado hacía diez minutos a su casa y que estaba cerca de la puerta porque uno de los hijos tenía que salir a hacer un trámite, cuando escucharon que había pasado algo afuera. “Yo salgo, lo veo que estaba a los gritos y pedía que llamara una ambulancia. Cuando me arrimé a él, se cayó. Los muchachos de enfrente lo cargaron y lo llevaron urgente porque perdía mucha sangre”, reveló sobre los instantes posteriores al intercambio con los delincuentes.
Además de contar que Basualdo “no pudo decir nada” sobre lo que pasó porque estaba herido, y que ahora está en recuperación, Fulles expuso lo que sería una inacción de la oficial de la Policía Federal que compartía con el herido la custodia. “La chica hace dos meses se recibió de policía y estaba inexperta. Nosotros corrimos más que ella, porque estaba en shock”, reveló Fulles.
Después de sembrar dudas sobre la posible vinculación que podría tener este episodio violento con otras amenazas que le endilgó al entorno de Cassalz, uno de los condenados, el hombre sostuvo: “Vienen pasando las cosas muy seguidas y por eso tenemos custodia”.
Resignado porque pese a la condena a los femicidas de su hija tiene que continuar alerta para cuidar a sus otros hijos y a sus nietos, este hombre advirtió: “Yo no me voy a ir. En esta casa nació y creció Araceli, y hemos podido demostrar que de tantas estupideces que hablaron es totalmente distinto. Conocí a mi hija y estoy continuamente con mis hijos, sé lo que hacen y dejan de hacer. No me quiero ir de acá, no voy a escapar”.
Y en ese sentido aseguró: “No podemos vivir tranquilos. Yo no tengo miedo, porque a mí me quitaron la vida cuando me mataron a Araceli, con la aberración que utilizaron para hacer todo”.
El femicidio
Según la reconstrucción de los hechos expuesta por la Agencia Télam, la noche del 2 de julio de 2017 Araceli cenó en la casa de un amigo apodado “Batata” y a la 1.30 de dirigió hacia el domicilio de uno de los cinco absueltos, Emanuel Ávalos. Luego, la joven y Ávalos fueron a la Plaza 9 de Julio, donde se encontraron con Jonathan, el hermano de Emanuel; Darío Badaracco y Marcos Ibarra, absueltos por falta de pruebas.
A las 6.30, Araceli le envió un mensaje a su madre, Mónica Ferreyra, diciéndole: “Má, prepará el agua para el mate que ya voy para casa”. Sin embargo, de acuerdo a los jueces, alrededor de las 7 Araceli se dirigió hacia un corralón que era propiedad de Carlos Cassalz, donde “se produjo su muerte violenta”, en la que Darío Badaracco, Marcelo Escobedo y Hugo Cabañas fueron considerados como los responsables de causarle “asfixia mecánica por estrangulamiento a lazo” con un elemento compatible con precintos plásticos.
“La lista es infinita, cosificando a Araceli Fulles, aprovechándose de su vulnerabilidad y evidenciando el desprecio hacia la mujer, al punto de denigrarla, tratándola como un objeto”, señalaron los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3.
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