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El crimen de Priscila Leguiza, la nena de 7 años asesinada a golpes por no decir "mamá"

Su madre y la pareja están siendo juzgados por el brutal crimen.

Gabriel esperaba afuera del salón el comienzo de la primera audiencia del juicio por el brutal asesinato de Priscila Leguiza, su hija de 7 años. Silvia Beatriz Lafuente (37) ingresó por una puerta lateral esposada y custodiada. Pablo Verón Visconti (35), su pareja, entró por el mismo lugar. Los dos están acusados de haberla matado a golpes en la cabeza.

Según las pericias, a la nena la mataron a golpes en la cabeza. Luego, la prendieron fuego en una parrilla. Una cámara de seguridad detectó cuando llevaban su cadáver en un cochecito hasta un arroyo cercano a su casa, en Quilmes, adonde lo descartaron.

La brutalidad del caso conmovió al país en 2014. Desde entonces, su padre exige justicia. "Estoy esperando la sentencia. Quiero que paguen lo que le hicieron a mi nena. Me siento destruido, a mi hija nadie me la va a devolver", se lamentó Gabriel, mientras le temblaba la voz. Consultado por Clarín, afirmó: "Hasta que no dicten la pena, mi nena no va a poder descansar en paz".

Ya dentro de la sala de audiencias en la que se realiza el juicio, Gabriel relató al Tribunal Oral en lo Criminal N° 5 de Quilmes cómo era la relación de su hija con la madre, de quien él estaba separado. "Silvia hacía visitas relámpago, casi no la veía. La nena decía ''", sostuvo.

El momento más crudo llegó cuando recordó cómo reconoció el cuerpo de su hija. "Silvia había denunciado en la comisaría que la nena había desaparecido. Una noche tocan la puerta y cuando salgo me encuentro con muchos patrulleros. Me di cuenta de que algo andaba mal", señaló el padre de Priscila.

Lo llevaron directamente a la morgue. "Me preguntaron si estaba dispuesto a reconocer el cuerpo de una nena, que podría ser mi hija. No bien abrieron la bolsa me di cuenta que era ella. Había una persona que me preguntó si estaba seguro. Tenía el cuerpo lastimado y con quemaduras. Pero le dije que era ella, ¿cómo no iba a saber que era mi hija si yo la crié?", apuntó angustiado.

Según indicó, los hermanos de la víctima fueron testigos del crimen y dieron detalles de los maltratos que sufría la nena. "Amenazaron a los chicos para que llevaran el cuerpo al arroyo. Me contaron que siempre le pegaba a Priscila. Le pegaba porque ella la llamaba por su nombre y no le decía 'mamá'", contó.

Los resultados de la autopsia que realizó la morgue de Ezpeleta determinó que Priscila murió tras recibir varios golpes en la cabeza.

Según los investigadores, encabezados por el fiscal Carlos Riera, la mamá y el padrastro de la nena trataron de hacer desaparecer el cuerpo. Lo intentaron quemar en una parrilla de la casa. Como no pudieron, lo llevaron dentro de una bolsa en un carrito de bebé, hasta el arroyo Las Conchillas, ubicado a 800 metros de la casa familiar.

Las imágenes de la pareja, con dos hermanitos de Priscila y un adolescente caminando hacia el arroyo, quedaron grabadas en una cámara de seguridad de una estación de servicio.

El video muestra que Verón Visconti llevaba en brazos a un hermano menor de Priscila, mientras que Lafuente hablaba con otro de los hermanos. Además, se observaba a un adolescente, sin remera, que trasladaba el cuerpo dentro de un carrito de bebé.

El juicio

El juicio por el crimen de Priscila comenzó el martes 26 de febrero en un salón frío y lúgubre. La primera de las diez audiencias tuvo como protagonistas a dos de sus hermanos, más su padre y la pareja.

La fiscalía acusó a Lafuente y Verón Visconti, ex policía federal, por el delito de "homicidio agravado por el vínculo".

La mujer rompió en llanto cuando le tocó declarar a su hijo de 17 años. El adolescente se sentó en una silla marrón, frente a tres jueces que lo escucharon atentamente. "Quiero que se haga justicia", fueron sus primeras palabras. "A Priscila le pegaba porque no le decía 'mamá', le decía Silvia. A la única que le pegaban era a ella", contó luego sobre los maltratos que sufría su hermana.


Luego el joven relató lo sucedido la noche del crimen. "Pablo le pegaba con el puño y ella con un caño de gas. Nos mandaron a todos a dormir y a la mañana siguiente me despertaron diciendo que Priscila había muerto", declaró el adolescente.

También explicó que la madre llamó a un pastor amigo de ella que le recomendó que "descartara el cuerpo".

El abogado del padre de la nena, Julio Torrada, confirmó a Clarín que impulsarán una investigación para determinar el rol de ese pastor mencionado, que hasta el momento no fue imputado.

El adolescente, uno de los cinco hermanos de la víctima, contó que Silvia lo mandó a comprar una botella de querosén a la ferretería. "Me obligaron a que los acompañara a tirar el cuerpo a un arroyo. Si no lo hacía, me iba a pasar lo mismo que a Priscila", agregó.

Una de las hermanas de Priscila, de 22 años, afirmó ante el tribunal que Verón Visconti tomaba alcohol y los amenazaba con que los iba "a prender fuego a todos dentro de la casa".