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El crimen de Ángeles Rawson: ¿Llaman a declarar a la mujer de Mangeri?

Aunque no puede ser imputada de encubrimiento por su parentesco directo, el juez Javier Ríos está convencido que el portero le contó a Diana Saettone su responsabilidad en el crimen de la adolescente. "Mi cuñado", el nuevo enemigo del portero.

¿Qué le dijo Jorge Mangeri a su mujer sobre cómo fue la muerte de Ángeles Rawson, a horas de producido? Nadie lo sabe al margen de ellos dos, pero el juez Javier Ríos se lo quiere preguntar a Diana Saettone y por eso la llamará a declarar las próximas semanas.

El juzgado tiene varios informes de los policías que investigan el caso, que no anexó al expediente para no darle indicios a la defensa de por donde seguirá la causa. Uno de esos escritos "no oficiales" señala a Diana Saettone -presuntamente en una charla telefónica-, sabiendo la responsabilidad de su marido en el crimen de la adolescente. La mujer no puede ser imputada por encubrimiento, pero el juez no la quiere dejar fuera de la causa si considera que el marido le confesó el horrendo crimen.

Los consorcistas del edificio no quieren declarar nada en el expediente judicial pero sí lo hicieron -informalmente- a los policías que les preguntaron sobre Jorge Mangeri.  Hablan reservadamente por un motivo atendible, desconfían de la justicia en general que nunca protege a los testigos de cualquier caso policial.  Dos detalles de los muchos que recogieron los sabuesos en el edificio de Ravignani ponen en descubierto cierta patología del único imputado en el homicidio. Uno de ellos, señala que Jorge Mangeri acostumbraba arrojar cualquier cosa al piso cuando pasaba una mujer con polleras -y colegiales principalmente-, y se agachaba a recogerla para intentar fisgonear por debajo de las faldas. No es delito ser libidinoso, pero sí un indicio patológico y más si a quienes les hacía esa práctica eran adolescentes con uniforme escolar.

El otro indicio es que Jorge Mangeri no siempre tiraba bajo la puerta tanto la planilla de expensas como el resto de la correspondencia. En algunos departamentos (donde habitan mujeres), el portero tocaba timbre para entregar los papeles en mano, o les pedía que lo acompañen a su departamento avisándoles que tenía correspondencia. Y cuando entregaba en mano los sobres, solía intentar un roce de piel acompañado de una sonrisa que alguna mujer de Ravignani la definió como algo morbosa. Tampoco constituye delito, pero es otro indicio patológico que ayuda al juzgado a reconstruir el perfil psíquico del imputado en el crimen de Ángeles Rawson.

Miguel Ángel Pierri dijo hace un par de semanas algo así como: "El día que declare Mangeri se cae abajo Tribunales y se conmociona todo el país".

Abonaba la hipótesis de la conspiración, algo que nadie en su sano juicio cree a esta altura del proceso. El material genético hallado en las uñas de la adolescente es un indicio al que no lo derriba ninguna operación mediática.

Mangeri no es un perejil ni esta causa es como la de Norita Dalmasso, allí sí había un motivo político (el marido de Norita testaferro de muchos políticos poderosos de Córdoba). Pero en Ravignani e inmediaciones no hay influyentes a quien salvaguardar plantando perejiles. Los restos hallados bajo las uñas de Ángeles no pertenecen ni a Barak Obama, ni a Silvio Berlusconi ni a ningún político local.  Los defensores del portero intentan jugar al límite, como ya hizo Pierri defendiendo al Padre Grassi y terminó preso por esa jugada de hace 10 años.

Ahora, si Pierri quiere aliviar la condena social a su defendido, tendría que empezar por decirle a Raúl Saettone -"mi cuñado" (slogan de una comedia televisiva de hace años, para quien no conoce de donde viene el término), que no exponga su arrogancia ni patoterismo en los medios como hizo el viernes pasado.  Su actitud pendenciera solo echa lastre al hundimiento irremediable de Jorge Mangeri. Cuando abre la boca Raúl Saettone lo echa más al fondo del abismo al portero. Se nota que el entorno masculino de su familia adoptiva utiliza la prepotencia y la altanería para defenderlo (¿defenderlo?), en cambio las sobrinas de Mangeri siempre educadas y medidas a la hora de hablar a favor de su tío.

Habrá que ver la actitud de Raúl Saettone cuando el juez le tome declaración a su hermana Diana. Porque si bien los insultos y actitudes pendencieras contra la prensa no influyen cuando se tenga que dictar sentencia contra Mangeri, al menos muestran al portero en su perfil psíquico viviendo un entorno familiar de mucha arrogancia y violencia verbal.

Aquí no hay conspiración ni nada que se le parezca. Habló Mangeri y no convulsionó a la Justicia, como se esperaba. No hay causa armada y sí un ADN que lo mandará a prisión como prueba irrefutable.

Marcelo Biondi, el socio de Pierri, reconoce fuera de los micrófonos que la causa está perdida. Será porque ahora tiene en sus manos un caso más interesante. Biondi forma parte de un equipo de trabajo que armó Lázaro Báez -su nuevo jefe- para intentar hundirse lo menos posible en la causa que hizo detonar Leonardo Fariña un año después que DiarioVeloz te lo contara en exclusividad y con lujo de detalles.

El lema de Marcelo Biondi ahora es: "Chau Mangeri, hola Lázaro Báez".