DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

El "corralito" bancario, diez años después

Por Alejandro Méndez. La Argentina mantiene un crecimiento sostenido, con tasas del 8 por ciento anual, bajos niveles de desempleo y pobreza al cumplirse una década del anuncio del "corralito" bancario que desembocó en una inédita furia popular y fue preámbulo de la peor crisis económica de la historia del país.

La banca guarda silencio sobre la cantidad de demandas judiciales aún pendientes por la retención de fondos bancarios, si bien se presume que "muy pocos" quedaron sin cobrar, según dice Juan Seliman, antiguo directivo de la disuelta agrupación Ahorristas Bancarios Argentinos Estafados.

"Muy pocos no han cobrado nada, pero la gran mayoría perdió mucha plata", asegura luego de remarcar que sólo los bancos saben cuántas demandas judiciales siguen en pie de unas 70.000 que, se calcula, pusieron a los tribunales al borde del colapso.

EL ANUNCIO

El sábado 1 de diciembre de 2001, luego de decretarse una feria financiera, el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, anunciaba la prohibición de retirar más de 250 pesos (igual a la misma cantidad de dólares) en efectivo por semana de los bancos a partir del lunes, día 3. Pero la restricción un mes después desembocó en la retención de prácticamente todos los fondos depositados en el sistema financiero.

Se calcula que estas restricciones afectaron depósitos bancarios por valor de al menos 46.000 millones de dólares y dieron lugar a demandas judiciales de decenas de miles de ahorristas.

Cavallo, autor en los años 90 del plan neoliberal de libre convertibilidad de un peso por dólar, intentaba evitar una crisis bancaria en medio de un programa que anunció como "déficit cero" y de una recesión que había estallado a mediados de 1998, con un índice de desempleo del 25 por ciento y una pobreza superior al 50 por ciento.

Para comienzos de 2002, tras un estallido popular que dejó una treintena de muertos y provocó, el 20 de diciembre, la renuncia del gobierno de Fernando De la Rúa, Argentina había incurrido en el mayor cese de pagos de la historia financiera (unos 102.000 millones de dólares).

El gobierno de Eduardo Duhalde (2002-2003), elegido por una asamblea legislativa, impulsó y logró poner fin a casi once años de una política de "uno a uno" entre el peso y el dólar, a través de una fuerte devaluación, como paso previo a mayores restricciones financieras sobre depósitos bancarios, además de reprogramar la devolución de inversiones a plazo por unos 20.000 millones.

PEQUEÑOS AHORRISTAS Y EL 1 POR 1,4

"La mayoría de los afectados eran pequeños ahorristas, muchos de ellos jubilados, que tuvieron que conformarse con recuperar su dinero a razón de 1,4 pesos por dólar, como se les ofreció cuando el billete estadounidense se cotizaba entre tres y cuatro pesos", apuntó Seliman.

Las grandes sumas retenidas fueron devueltas una parte en efectivo y el resto en bonos que ya se han cancelado, indicó el antiguo ahorrista "estafado".

"Si (Cavallo) quiso generar confianza, pues logró todo lo contrario", asegura el empresario Juan Antonio López Diz, quien hoy se ufana de haber puesto a salvo su dinero unos días antes del "corralito".

BANCOS CON CUSTODIA

En aquellos días se sucedían los tumultos dentro y fuera de oficinas bancarias, que trabajaban con las persianas bajas y custodia policial reforzada frente a miles de personas que acudían con la esperanza de salvar sus ahorros en medio del clamor para que "se vayan todos" los políticos.

En enero de 2002, el jubilado Norberto Roglich saltó a la fama al lograr que le devolvieran 22.000 dólares que tenía depositados a plazo en un banco, tras entrar en sus oficinas amenazando con hacer estallar una granada de mano.

Roglich, fallecido hace cinco años, afrontó una condena de dos años en suspenso por "extorsión y tenencia de arma de guerra", según cuentan sus familiares, mientras se convertía en un héroe para miles de desesperados por recuperar sus ahorros.

GOLPE AL CORAZON

En 2006, la cardiológica Fundación Favaloro difundió un informe según el cual unas 20.000 personas habían muerto hasta entonces a causa de enfermedades del corazón provocadas por el "corralito", recuerda Seliman.

Argentina "estaba fuera de sí", resumía el senador republicano David J. Rockefeller en Washington, según recuerda el periodista Pablo González, quien se encontraba en esos días en Estados Unidos.

Rockefeller formaba parte de una comisión del Senado que analizaba "qué pasaría si un país fuera a la quiebra: ellos estaban pendientes de Argentina y daban por seguro que habría cientos de muertos, lo que por suerte no ocurrió", apunta González.