El conmovedor relato de la abuela de "Nico", el joven que asesinó al kiosquero de Luján
Su abuelo lo había entregado a la Justicia y ahora su abuela salió a hablar sobre el crimen que movilizó a la ciudad.
Luego de que el abuelo lo entregara a la Justicia por el crimen de Agustín Cantello, el joven kiosquero de 25 años, ahora su abuela salió a hablar y a dejar un testimonio conmovedor. "Si los familiares quieren una vida, estoy dispuesta a darles la mía", expresó.
"Llamamos a los padres y lo primero que hicieron fue entregarlo. Él estaba durmiendo en la casa, el padre lo pone frente a la computadora y Nico decía que no era él. Se da vuelta y se va a acostar. Ahí le dicen que lo van a entregar", contó Susana en diálogo con TN.
"Mi nuera me llamó llorando. Le dijimos que era lo mejor que podía hacer, porque si lo viene a buscar la policía, lo mata. Mi marido lo agarró de la mano como si fuera una criatura. Cuando nos vieron en el auto, nos acusaban de que queríamos escaparnos", agregó.
Luego Susana rompió en llano y dijo: "Yo me pongo en el lugar de esa madre (la de Agustín). Yo sé lo que los familiares quieren venganza. Pero si quieren una vida, yo estoy dispuesta a darles la mía. No me importa más nada. Perdimos la tranquilidad. Nosotros no cometimos ningún delito y él no lo hizo consciente".
"Él decía a gritos que no quería drogarse más, que estaba amenazado. Me decía: 'Abuela, ayudame a salir de la droga'. Es muy triste esto", concluyó.
"Llamamos a los padres y lo primero que hicieron fue entregarlo. Él estaba durmiendo en la casa, el padre lo pone frente a la computadora y Nico decía que no era él. Se da vuelta y se va a acostar. Ahí le dicen que lo van a entregar", contó Susana en diálogo con TN.
"Mi nuera me llamó llorando. Le dijimos que era lo mejor que podía hacer, porque si lo viene a buscar la policía, lo mata. Mi marido lo agarró de la mano como si fuera una criatura. Cuando nos vieron en el auto, nos acusaban de que queríamos escaparnos", agregó.
Luego Susana rompió en llano y dijo: "Yo me pongo en el lugar de esa madre (la de Agustín). Yo sé lo que los familiares quieren venganza. Pero si quieren una vida, yo estoy dispuesta a darles la mía. No me importa más nada. Perdimos la tranquilidad. Nosotros no cometimos ningún delito y él no lo hizo consciente".
"Él decía a gritos que no quería drogarse más, que estaba amenazado. Me decía: 'Abuela, ayudame a salir de la droga'. Es muy triste esto", concluyó.