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¿El colombiano asesinado "era un sapo", un agente de inteligencia, o nada?

De la víctima del salvaje crimen en Palermo poco se sabe y todavía resta conocer si eso poco que se sabe es verdad. Un crimen con varios misterios por resolver.

La información es poca e imprecisa. Se sabe por ahora, que el colombiano asesinado en Palermo sería Carlos Alberto Gutiérrez Camacho, de 41 años.

Se sabe que su primera entrada a Argentina fue en 1997
. Se sabe que entró y salió varias veces del país, incluso en setiembre de 2013, para ir a Montevideo para ver el partido de Colombia con Uruguay por las Eliminatorias.

Se sabe que vivía hace ocho meses en un departamento que alquilaba en Yrigoyen al 400 en Vicente López.

Se sabe que figuraba como fotógrafo freelance, y que vivía con su novia, que sería Kibe Solange Trujillo Fernández, de 22 años y nacionalidad colombiana.

De Gutiérrez Camacho se supo también que había sacado DNI de extranjero en Argentina en junio de 2013.

De ella, trascendieron menos datos aún: que estaba en Argentina hace un año y medio y que estudiaba inglés acá.

Para avanzar en la causa, resta establecer con certeza si las identidades son verdaderas o no
. La fiscal Cristina Caamaño mandó a la Policía Nacional de Colombia, las huellas dactilares de la víctima para certificar la identidad.

Si se tratara realmente de Gutiérrez Camacho, lo que llama la atención es que, con ese nombre, no tiene antecedentes penales, ni en Argentina, ni en Colombia. Sólo se conocen causas civiles menores.

Lo que está claro es que hubo una clara decisión de dispararles a las víctimas para matarlas: En el caso de él, no fallaron.

Hay varios misterios sin resolver. La tercera persona que estuvo en el lugar al momento de los disparos, y que pedaleaba su bicicleta con las víctimas, quién era: es un testigo asustado, que no aparece por temor a ser uno más en la lista criminal, o fue el entregador de las víctimas para que los sicarios no fallen.

Hay un dato fuerte que surge desde Colombia: entre 1995 y 2000, se benefició a varios narcos arrepentidos que canjearon datos para meter presos a otros jefes, a cambio de libertad y cambio de identidad.

A esos "buchones" se los llamó "sapos". En muchos casos, los sacaron de Colombia, con identidad cambiada. ¿Puede ser Gutiérrez Camacho, un sapo, a quien ubicaron más de 15 años después, para ajusticiar por una venganza infinita?. Suena mucho, pero no hay que descartarlo.

Otra alternativa es que el colombiano que estaba limpio y vivía de forma poco ostentosa, haya sido en realidad un agente de inteligencia de ese país, a quien ubicaron los narcos y terminaron matando.

La investigación está tan abierta que puede derivar en cualquier cosa. Como dicen en la policía, casi como frase repetida: no hay que descartar nada. Hasta no tener la identidad certera de las víctimas, todo es especulación.