El chip del éxito falso
El éxito prefabricado que nos introducen a tener: "el mundo a nuestros pies". La ficción escondida en un ideal que se nos propone como real.
Por Luciana Arnedo
La publicidad de hoy promueve la idea de mostrar "nuestros ideales de vida"; aquello que anhelamos para tener una vida plena. Las imágenes publicitarias conviven con nosotros diariamente y su verosimilitud permite que configuren un ideal colectivo mezclándose nuestros deseos con las imposiciones "absolutas" que dicta la sociedad actual.
Estas imposiciones relacionadas con el poder: posición social, riqueza e imagen, irrumpen como indicador sobre qué es lo mejor, originando sentidos incuestionables que se adoptan comúnmente. De esta manera quedamos entrampados a un modelo pautado por la sociedad.
Ser exitoso sería: tener una gran empresa, ser linda/o, tener una buena posición social/económica, tener una hermosa familia, tener poder, tener reconocimiento popular: "la espuma de las apariencias". Muchas veces otorgamos demasiada importancia "a algo" que nos separa de nosotros mismos, olvidando nuestra personalidad en las apariencias modernas de coexistencia.
¿Qué sucede cuando no se consiguió un trabajo reconocido, una hermosa casa y/o un coche? Las ilusiones quedan cubiertas por un sentimiento de fracaso. De esta manera vivimos en un desconcierto entre el ser y el tener.
Nos sentimos culpables por la propia infelicidad, causa de nuestra corta inteligencia, de nuestras pocas capacidades o de nuestros insuficientes esfuerzos -producto de una afirmación falsa que formamos de un ideal etéreo, ajeno y tendencioso-.
Y si lográsemos conseguir los objetivos, clavar nuestra bandera en la cúspide de una quimera, de una meta que nos fue dictada... Estos logros, ¿expresarían la felicidad? "Escalar montañas para hacer nada allá en lo alto".
Todos los caminos conducen a Roma: "la felicidad". La felicidad que todos deseamos, que nos enseñan a ansiar, que nos establecen gozar. Pero esta felicidad tiene un costo: desconocer cómo alcanzarla a través de uno mismo, desde un deseo profundo y personal, desarrollando y construyendo desde nosotros, diferenciándonos de cómo viven los demás.
¿Deseamos una piel perfecta, las lolas grandes, la última colección de invierno, el auto 0 km, la casa, etc., etc.? ¿O deseamos la satisfacción y el placer que ésto "creemos" nos dará?
¿Qué es ser exitoso? Cuántas cosas que tenemos por ciertas no son más que las costumbres del momento. Se manipulan conciencias y preferencias; somos un espejo de lo social. Detenidos en la vanguardia de no sé qué, en la cultura popular, hacia lo imposible, con la esperanza de un destino falso.
"Viviendo en la corteza de uno mismo". Estamos muy extrovertidos, vivimos fuera de nuestro mundo interior, obedientes a las leyes de la vida social.
Si dejásemos de admirar la apariencia de realidad que nos muestran y tratáramos de distinguir la ficción oculta en el ideal que se nos propone como real. Si nos quitáramos la máscara veladora y repudiáramos la realidad así como nos la dan.
Recuperemos nuestra identidad revelando nuestros sueños, avancemos hacia lo posible. Que los propios deseos nos justifiquen, y que los sueños "de cada cual" sean nuestra promesa.