El castigo injusto a la histórica provincia de Misiones
* Por Alberto Mónaca. Hacen 130 años Misiones volvió al centro de otro histórico debate en el Congreso Nacional, pero sin la participación de sus representantes como debió tener si se hubiera respetado su jerarquía de Provincia como la más antigua de la Argentina y por haber sido la primera en adherir a la Revolución de Mayo el 18 de junio de 1810.
Esa ausencia facilitó y permitió otro injusto castigo a esta patriótica provincia. Con fecha 5 de julio de 1881, el Presidente Julio Argentino Roca, envió un proyecto de Ley para declarar a Misiones Territorio Nacional, señalando como límite el arroyo Aguapey, al Sur de Santo Tomé, pero reconociendo "...como los verdaderos límites" el Miriñay casi tocando territorio de Entre Ríos. Como era de esperarse, esta iniciativa, como venía sucediendo desde 1813, tuvo la más enérgica oposición de Corrientes, máxime cuando Roca aclara que esa provincia "...hasta ahora ha estado indebidamente en posesión de Misiones", para agregar a renglón seguido como verdad histórica "...la gran importancia que tuvo Misiones antes de la época de nuestra independencia", ya que en 1810 "estaba lejos del tiempo de su apogeo y tenía sin embargo 32.000 habitantes, Corrientes no contaba entonces sino con 12.770. Tenía pues Misiones -afirma- a optar al rango de provincia en el nuevo régimen y nadie le disputó esos títulos. Las pretensiones de Corrientes tienen como principal fundamento el decreto expedido en 1814 por el Director Posadas anexando a esa provincia el territorio de Misiones. Pero ese decreto -advierte categóricamente- que según él mismo lo establecía en uno de sus artículos, debía ser sometido a la aprobación de la Asamblea General Constituyente de las Provincias, no obtuvo jamás ese requisito indispensable", por lo que sostiene Roca "...todos sus actos quedaron derogados de hecho y, entre ellos, el relativo a Misiones". Lo correcto hubiera sido devolver a Misiones su legítima jerarquía de provincia con la totalidad de su territorio usurpado.
En este histórico documento también se refiere a la conducta del gobernador correntino Pedro Ferré quien, en 1832, violando todos los tratados pre-existentes que reconocían a Misiones como provincia, ocupó el territorio misionero alegando precisamente el decreto de Posadas. Concretamente Roca destaca el compromiso asumido con Entre Ríos el 24 de septiembre de 1827 que en su Artículo 4º establecía que ninguna de las dos provincias (Entre Ríos y Corrientes) "...no ambicionaban por pretexto alguno, el territorio de Misiones, ni pretenden incorporarlo a la dependencia política de ambas".
El 16 de octubre "...Corrientes puso el cúmplase al tratado con Entre Ríos", pero con fecha 17, es decir al día siguiente, el gobierno correntino "celebraba con los diputados de los pueblos de San Miguel y Loreto, de Misiones, otro tratado por el cual se estipulaba que esos pueblos quedaban desde ese momento bajo la inmediata dependencia de la Provincia de Corrientes, a la que se consideraban pertenecer".
Ya al finalizar, el presidente Roca expresa: "¿Por qué sólo Corrientes se empeñaría en mantener sus territorios de Misiones que no le pertenecen, que no le producen beneficio alguno y en los que nada puede hacer por la riqueza y el engrandecimiento de la Nación?".
Meses después, el proyecto fue debatido en ambas cámaras del Congreso Nacional donde los representantes de Corrientes se opusieron a la iniciativa, pero al comprobar que iban a perder, se negoció trasladar el límite a los arroyos Chimiray e Itaembé, contra la pretensión de llevar los límites hasta el arroyo Pindapoy, vale decir a pocos kilómetros de la actual capital de Misiones. De esa época quedó registrado para siempre la afirmación de Carlos Pellegrini, que afirmó: "La provincia más antigua de la República Argentina, es la Provincia de Misiones. Ella ha estado representada, en nuestro Congreso, después de nuestra Revolución, y por hechos que será largo enumerar, se encuentra hoy refundida en la provincia de Corrientes, formando con las dos una sola".
Por su parte el gobernador Antonio Gallino, sabiendo que iban a perder gran parte del suelo misionero, hizo aprobar una Ley de Tierras donde en tiempo record no más de veinte personajes compraron a vil precio más de 2.000.000 de hectáreas de los 3.000.000 en que quedó reducida la histórica provincia. Estos hechos fueron denunciados con palabras nada favorables al Gobierno correntino y que, cuando el propio Pellegrini, adversario de Roca, alegó que "Corrientes ha dado a la República Argentina un gran hombre, nacido en este mismo territorio de Misiones, que ahora se lo quiere arrebatar...", de inmediato recibió también una histórica respuesta por parte del senador sanjuanino Igarzábal, que afirmó: "Si el ilustre San Martín, pudiera hablar para pedir algo al Congreso de la Nación Argentina, sería precisamente que restableciera la Provincia de Misiones donde él nació, porque no es cierto que haya nacido en territorio de Corrientes, sino en lo que fue, y no es hoy, provincia de Misiones".
Justamente en reconocimiento a esta verdad, luego se sancionó como capital del flamante Territorio de Misiones al Pueblo de Corpus, pero como "Ciudad de San Martín", en tanto Trinchera de San José, por decisión del parlamento correntino y en homenaje a su benefactor, se cambió por el de Posadas, una ignominia que todavía debemos soportar los misioneros ya que fue él como Director Supremo el más terrible enemigo de esta Histórica Provincia que, junto a Artigas y Andrés Guacurarí, lucharon por la causa del federalismo y el sistema republicano de Gobierno, contrarios a los designios monárquicos de Buenos Aires de esa época. El pueblo misionero y de toda la Argentina deben saber la verdad para erradicar la mentira.-
NOTA: Miguel Ángel Alterach, en 1950, luchó para que Posadas se llame Ciudad de San Martín, una misma lucha que viene sosteniendo Alberto Mónaca por lo menos desde 1980.
Para reflexionar
Si se hubiera respetado los límites históricos de la Provincia de Misiones, hoy otra sería la realidad económica y social, ya que contaría con más de 1.500.000 habitantes, el 100% de las producciones de yerba mate y del té; una variada y rica ganadería; más de 500 mil hectáreas forestadas y, además, con el goce pleno de las regalías del Salto Grande y de Yacyretá y, si se hace Garabí, también.