El caso Ángeles Rawson: la hipótesis del "tercer hombre"
No es el cartonero amigo o algo más de Jorge Mangeri. No es el portero amigo y confesor del portero. No es una cara que hayamos visto ni un nombre que ya conozcamos. Pero influye, y mucho en la causa. ¿Lo ayuda para hundirlo?
El que habla así fue uno de los principales investigadores de la Policía Federal, que fue vital para la resolución de casi todos los casos de secuestros extorsivos de los años 70/80 (Osvaldo Sivak entre otros, Mauricio Macri a comienzos de los 90 y fue quien descubrió una banda familiar muy atípica en el crimen organizado como fue el clan Puccio). Da lo mismo si te digo que su apellido es Gómez, Ventura o cualquier otro nombre, siempre cultivó un perfil bajo y esta vez no será la excepción.
Estando retirado de la actividad fue convocado hace 19 años para colaborar en la causa AMIA, y cuando observó que la investigación se desmadraba decidió abandonarla y recluirse en una quinta, lejos de cualquier centro urbano, a hora y media de Capital Federal.
Si te decimos que este poli retirado fue discípulo de Evaristo Meneses, quizás tampoco te diga nada salvo que conozcas quién fue ese comisario, para muchos una leyenda de la Policía Federal.
Lo fuimos a ver a ese retiro campestre porque el hombre aún retirado y casi un extraño para las nuevas camadas policiales, sigue todos los casos por internet y los medios televisivos, y obvio que por su experiencia en investigación criminal tiene una mirada propia sobre el asesinato de la adolescente.
Cuando nos menciona la teoría del "tercer hombre" recurre al título de la novela del escritor Graham Greene después llevada al cine, hace más de sesenta años.
Antes era muy común en inteligencia criminal hablar en ciertos casos de delitos complejos de la hipótesis del "tercer hombre", alguien que está fuera de la escena principal del crimen pero que hipotéticamente también está dentro, aunque no se sepa mucho de él.
Los dos personajes centrales de quienes todos hablan en el caso de la joven asesinada son Jorge Mangeri, único imputado, y la siempre sospechosa presencia del extraño señor Sergio Opatowski.
Pero es interesante escuchar la opinión de un hombre que trabajó toda su vida en delitos complejos, y jamás tuvo denuncias en su contra ni por haber estado en la represión de los años 70 ni en los posteriores casos en que intervino. Se fue de la Federal con el rango mayor al que se puede acceder, Comisario General, algo que no es poco dentro de la fuerza. Por eso su opinión y su mirada es valiosa en esta causa con tantos matices extraños.
La síntesis de su mirada del caso Ángeles Rawson y el "tercer hombre" es la siguiente. "No recuerdo antecedentes en la historia criminal de un tipo como Mangeri, que puede ser un buen trabajador pero no brilla más que por eso, que haya tenido un filántropo que invierta fortunas en su defensa cuando la guillotina de la prueba genética lo condena casi inexorablemente. El estudio de Miguel Pierri contrató no menos de cinco abogados -todos ellos expertos en "juego sucio" o embarradores de cancha- otros tantos peritos aunque ya haya echado a dos (Locles y Méndez) y hay otros consultores tras la escena que le tiran ideas al defensor, toda gente muy cara, a la que se le paga por adelantado o en cuotas pero que sale una fortuna. ¿Un ex empleador de Mangeri que lo aprecia tanto pone semejante montaña de dinero cuando la prueba de ADN es irrefutable? Bueno, que investiguen los trabajos anteriores del portero y develen la identidad de ese sujeto, ese "tercer hombre" tiene que saber mucho del encargado de la calle Ravignani".
Le decimos que nuestra versión es que inicialmente fue el Sindicato de Porteros de la familia Santa María quien se hizo cargo del patrocinio del portero. Ahí también el comisario retirado tiene una visión particular del caso.
"Puede ser que al principio fuera así, pero lo que me llama la atención es que los sindicalistas millonarios como los Santa María no son ingenuos. Si realmente lo quieren defender bien no permiten que la opinión pública se les ponga tan en contra, no hacen tantas burradas como han hecho en la causa. El psiquiatra Adolfo Méndez no sale a decir la barbaridad que dijo sin la anuencia del estudio Pierri, el perito se inmoló con su declaración y aunque lo hayan dejado afuera el mal ya está hecho. Y la platita está en su bolsillo".
Queríamos una conclusión final de esa hipótesis del "tercer hombre" y el hombre la larga sin chistar. "El financista de la defensa de Mangeri tiene un secreto íntimo con el portero, puede ser por el caso Ángeles o por un caso anterior que no sabemos de qué se trata, y compra el silencio del portero y su familia (al menos de su mujer Diana Saettone) pagando una defensa que en realidad lo que hace frente a la Justicia y la opinión pública es hundirlo cada día más".
¿Por qué hundirlo cada día más?, preguntamos. "Cuando se pasan todos los límites éticos, y aquí la defensa los pasa todos los días, lo único que se gana es desprestigiar más y más al portero. Y se suman colaboradores al equipo de Pierri y todo eso es mucho dinero por una causa perdida. Mangeri debe estar creído que lo están defendiendo a capa y espada y no le da el cerebro para darse cuenta que lo destruyen todos los días un poquito más. Qué encuentren a este tercer hombre y ahí está la punta del ovillo para sacar a flote el tema de la niña y quizás algún secreto decisivo para conocer la psiquis del portero. ¿Y sabés porqué hago hincapié en ese personaje desconocido? No creo que el portero haya cometido una atrocidad así por primera vez en la calle Ravignani. A nadie le salta la térmica mal tan grande de edad. Investiguen para atrás casos resonante de violación y muerte nunca resueltos y comparen. Por ahí entra la hipótesis de este personaje en las sombras".
Esta es en síntesis la hipótesis del "tercer hombre". Alguien con quien Mangeri guarda algún secreto inconfesable y quizás esté comprando el silencio del portero financiando la defensa de una causa perdida.
Que la investigación es un desastre jurídico, es una coincidencia general que nadie duda. Pero no estaría mal saber quién es el hipotético tercer hombre en esta trama siniestra.