El casco o la vida
Alarma que la mitad de los motociclistas no use casco protector, por lo que se hace necesario extremar las sanciones a los infractores, en defensa de sus vidas y las del resto de la sociedad.
Hay noticias que, no por nuevas, son motivo de honda preocupación. Desde hace mucho tiempo se vienen realizando campañas preventivas y de control en la ciudad de Córdoba para hacer cumplir las disposiciones del Código de Tránsito municipal, que impone a los motociclistas la obligación de usar cascos protectores.
Pese a ser ésta una exigencia para conducirse en la vía pública, además de un elemento de gran importancia para proteger las vidas de quienes viajan en esos vehículos, el incumplimiento sigue siendo alto, tan alto como en años anteriores.
Un nuevo relevamiento realizado por este diario, entre el 23 y el 25 de febrero último en 12 lugares de gran circulación de vehículos de la capital provincial, mostró que, sobre 1.028 casos observados, 512 conductores de motos y ciclomotores no usaban casco. La medición realizada el año pasado en los mismos lugares indicaba también 50 por ciento de infractores, lo que quiere decir que nada se avanzó en la materia. Con un agravante: que cada vez hay más motocicletas circulando por las calles cordobesas. Y ello por diversos factores, desde las insuficiencias y el encarecimiento del servicio de transporte urbano –además de los frecuentes paros sorpresivos–, hasta las facilidades crediticias para acceder a ese tipo de vehículos.
¿Por qué más de la mitad de los motociclistas no usa casco? No es por falta de información, por cierto. Tampoco es por el precio de los cascos, ya que cuando están en juego el respeto de las normas y la vida de las personas, no se puede reparar en los valores de esos elementos protectores.
Quizá haya otras razones, como una tendencia a la indisciplina y al desacato por parte de mucha gente que desoye las advertencias y parece importarle poco las multas que se deben aplicar a los infractores. Hace poco se publicó una investigación periodística sobre la displicencia de los peatones, que suelen cruzar calles y avenidas con los semáforos en rojo sin siquiera mirar si hay vehículos en circulación cerca de ellos cuando lo hacen por la mitad de la calle. La conclusión en ambos casos es muy clara: si los automovilistas tienen responsabilidades muy precisas, el peatón también las tiene, ya que a veces se convierte en víctima de su propia desidia.
Lo mismo ocurre con los motociclistas, que tienen que hacerse cargo de su seguridad. Una de las formas es usar casco protector, como lo manda el Código de Tránsito. El médico jefe del área Clínica Médica del Hospital de Urgencias fue claro cuando dijo que quien no usa casco tiene tres o cuatro veces más probabilidades de sufrir heridas fatales en relación con quienes sí lo usan. Y agregó: "El 80 por ciento de las personas que sufre un accidente de moto tiene un golpe en la cabeza". Un traumatismo en la cabeza puede ser fatal o provocar lesiones y trastornos de suma gravedad. Hay que velar por la vida de todos.