El candidato Hamlet
*Por Franco Lindner. Ser o no ser su padre es la duda que lo atormenta. Estudia sus discursos y usa sus trajes, su oficina, a su secretaria y funcionarios. "Necesito hablar con él", dice.
Abril del 2010, a un año de la muerte de Raúl Alfonsín. Su hijo Ricardo recibe a un periodista de NOTICIAS en la oficina porteña de la avenida Santa Fe, custodiado por su secretaria Margarita Ronco.
Las dos –la oficina y la secretaria– habían sido de su padre. Lo primero que hace es prender un cigarrillo, inspirar el humo con fruición y comentar una crónica periodística que acaba de leer, en la que se afirma que si uno lo escucha hablar con los ojos cerrados tiene la impresión de estar ante la presencia del ex presidente radical y no de su heredero. "Me conmovió", dice con genuina emoción.
Y sin dar tiempo a que el periodista encienda el grabador confiesa: "¿Sabe? Ayer estuve viendo un discurso del viejo, ese en el que se refería a las cuentas pendientes de su gobierno y decía aquella frase de 'no quisimos, no supimos, no pudimos'. Le estuve dando vueltas y creo que sé lo que quiso decir, así que mañana lo voy a usar en mi discurso".