El cambio que necesitamos: en este Bicentenario hay que volver a ser argentinos
Se celebran 200 años desde que se firmó la Declaración de la Independencia. Es un buen día para reflexionar y convertirnos en próceres.
Por María Clara Rositano
@ClariRositano
Este 9 de julio se celebra el Bicentenario de la Declaración de la Independencia de la República Argentina, nuestro país, nuestra casa. Es un buen día para reflexionar y ponernos en la piel de nuestros próceres, para convertirnos en uno.
Desde mayo de 1810 hasta ese día en 1816 (y un poco más), unos "locos" decidieron llevar adelante una de las cruzadas más importantes en sus vidas en pos y para el beneficio de muchos, que hace ya 200 años festejan la libertad de una atadura que no supieron conocer.
Con el correr de los años y gracias a la ayuda de la globalización, nos fuimos olvidando de lo lindo que es sentirse orgullosos de nuestro país; también nuestra historia nos castigó -o nosotros mismos lo hicimos- y provocó ese desenlace en el que tristemente sólo somos argentinos cuando juega nuestra Selección.
Criticamos a Messi porque no canta el himno pero yo me pregunto cuántos se ponen firmes y entonan las estrofas escritas por Vicente López y Planes -no quiero preguntar cuántos saben cuándo se celebra el Día del Himno Nacional Argentino- cada vez que la escuchan.
Quizás porque mi mamá nació en una de las ciudades con más historia del país, quizás porque con mi papá hacíamos pastelitos todas las fechas patrias, pero la verdad es que amo a mi país y me siento orgullosa de ser argentina.
Estos 200 años nos llegan en un momento de cambio, después de la transición política que todavía se está llevando a cabo, con ajustes que no siempre son bien recibidos por el pueblo y que no siempre lo benefician en lo individual.
Si pensamos un poco más como argentinos y miramos al de al lado como un hermano, sin pensar sólo en nuestro pupo, entendiendo que un esfuerzo propio puede ayudar al otro, comenzaremos realmente la etapa de cambio que necesitamos.
Esta necesidad no es personal, nos necesita nuestro país y es un buen momento para darnos la manos como hermanos, como lo hicieron nuestros próceres a los que recordamos por sus nombres propios, pero no por sus hazañas.
Que el árbol no tape el bosque, que nuestro egoísmo no nos aleje de nuestra argentinidad, de la cual estamos todos orgullosos pero de la boca para afuera.
Hace 200 años 29 personas firmaron el documento más importante de nuestra historia, hoy todos podemos firmar esa misma declaración en forma tácita y continuar con la construcción de nuestro amado suelo.
Unámonos y gritemos todos juntos: "¡Al gran pueblo argentino, salud!".