El Banco Mundial calculó que la economía argentina cayó 2,5% en 2023 y proyecta un crecimiento para 2024
El organismo espera una recuperación del PBI pese a la “incertidumbre económica” y a la ausencia de “señales de alivio” en la inflación.
El Banco Mundial aseguró que la economía argentina cayó un 2,5% en 2023, el último año del mandato de Alberto Fernández, y estimó un crecimiento del 2,7% en 2024, el primero de Javier Milei como Presidente de la Nación. A su vez, pronosticó que, para 2025, la tendencia se intensificará, con un alza del 3,2%.
Así lo reflejó el organismo a través de la nueva edición del informe de Perspectivas Económicas Globales. "Se prevé que la economía argentina se recupere y se expanda un 2,7% en 2024 y un 3,2% en 2025, tras la sequía de 2023", expresó el escrito.
Para la entidad, esta mejora en el PBI se dará por un crecimiento en "las principales exportaciones" como "maíz y soja". Sin embargo, aclaró que "el país se enfrenta una significativa incertidumbre política y económica en medio de una alta inflación y a una pronunciada depreciación de la moneda, que continúa erosionando la confianza del consumidor".
Respecto a la suba de precios, con un IPC de diciembre que se dará a conocer en las próximas horas por parte del INDEC, y que podría rozar el 30%, el BM sostiene que, de cara al futuro, y más allá de las buenas estimaciones sobre la economía en general, "no hay signos de flexibilización".
"También hay poco margen de maniobra para que el gasto fiscal apoye la actividad, ya que el gobierno busca abordar cuestiones apremiantes de sostenibilidad fiscal", agregó el escrito, publicado en las últimas horas.
De cumplirse la proyección del 2,7%, simbolizaría una recuperación tras un 2023 que, en base al estimativo de la entidad, habría dejado números rojos. Cabe recordar que, en 2021, el crecimiento del PBI real a precios de mercado fue de 10,7% mientras que, en 2022, fue del 5%, con una clara tendencia a la baja que se puede ver reflejado en el número estimativo del año recientemente finalizado, del -2,5%.
Datos y proyecciones del Banco Mundial para la región
Sobre la región de América Latina y el Caribe, el documento reflejó una "significativa desaceleración económica, con un crecimiento de solo el 2,2%", aunque, de cara al 2024, la tendencia también está inclinada a la recuperación gradual.
"Las perspectivas económicas de la región sugieren una recuperación gradual, con un crecimiento proyectado del 2,3% en 2024 y del 2,5% en 2025. Si bien los efectos persistentes de la restricción monetaria previa continuarán influyendo en el crecimiento a corto plazo, se espera que su impacto se atenúe", indicó.
Así, a medida que la inflación disminuya se prevé que los bancos centrales bajarán las tasas de interés, "lo que reducirá los obstáculos al aumento de la inversión", pronosticaron los economistas del Banco Mundial.
Aunque las proyecciones específicas para el resto de los países son dispares: en el caso de Brasil se prevé que el crecimiento se desacelerará al 1,5% en 2024, pero que se recuperará en 2025 y se ubicará en el 2,2%. Por su parte, en México la suba se atenuará hasta el 2,6% en 2024 y el 2,1% en 2025, como consecuencia de la caída de la inflación y la disminución de la demanda externa.
Por el lado de Colombia, la mejora será del 1,2% en 2023 al 1,8% en 2024 y, posteriormente, avanzando al 3% en 2025; mientras que en Chile el crecimiento será del 1,8% en 2024 y luego se acelerará al 2,3% en 2025.
Asimismo, se proyecta que Perú se recuperará de la contracción de 2023, con un crecimiento del 2,5% en 2024 y 2,3% en 2025, similares números a los de Argentina, respaldado por el aumento de la "producción minera".
Sin embargo, el informe resaltó que "la modesta expansión regional prevista está expuesta a múltiples riesgos" como "la escalada de las tensiones geopolíticas, especialmente en Oriente Medio" que "podría perturbar los mercados energéticos y provocar un alza de los precios del petróleo".
Los fenómenos meteorológicos extremos, por su parte, que son intensificados por el cambio climático, representan amenazas adicionales, en particular para los sectores sensibles al clima como la agricultura, la energía y la pesca.
A su vez, señalaron a los factores externos y las tendencias mundiales como contribuyentes al panorama de riesgos. "La persistente inflación básica de las economías avanzadas podría ir acompañada de tasas de interés elevadas durante un período prolongado, lo que limitaría las políticas monetarias y fiscales de la región", analizaron.
Por último, el texto señaló que "una desaceleración más abrupta de lo esperado en la economía china podría tener importantes efectos secundarios en la demanda externa, lo que afectaría las exportaciones de productos básicos de la región".
Dejá tu comentario