El Apartheid: símbolo de discriminación en el mundo
Nelson Mandela fue la figura principal en la lucha para liberar al pueblo sudafricano de las leyes que segregaban a los negros y mestizos.
En 1947, el radical Partido Nacionalista, dirigido por el pastor Daniel François Malan, ganó las elecciones. El gobierno de Malan promulgó leyes para diferenciar a las personas de acuerdo a su raza y estableció un registro racial obligatorio. En 1949, se prohibieron los matrimonios interraciales y se comenzaron a considerar delito las relaciones sexuales entre personas de razas diferentes.
También se establecieron zonas segregadas: playas, transportes públicos, hospitales, escuelas y hasta bancos en los parques. Los negros debían, por otra parte, portar documentos de identidad en todo momento y les estaba prohibido quedarse en algunas ciudades o incluso entrar en ellas sin el debido permiso.
En 1959, el apartheid desplazó a la población negra a pequeños territorios marginales y autónomos y la dejó sin la ciudadanía sudafricana.
Pero, de a poco, el resto del mundo comenzó a enfrentarse al régimen autoritario. Las medidas internacionales contra el apartheid se fueron sucediendo. En 1972, Sudáfrica quedó excluida de los Juegos Olímpicos de Munich y más tarde, se le impuso un embargo de armas y material militar. El Consejo de Seguridad de la ONU también llamó a los Estados miembros a adoptar sanciones económicas.
El fin de la Guerra Fría precipitó el fin del apartheid. El 20 de septiembre de 1989, Frédérik de Klerk asumió el cargo de presidente de Sudáfrica y liberó a Nelson Mandela, preso desde 1962. De Klerk anunció que empezaría un proceso de eliminación de leyes discriminatorias, y que levantaría la prohibición contra los partidos políticos proscritos, incluyendo el principal y más relevante partido de oposición negro, el Congreso Nacional Africano, que había sido declarado ilegal 30 años antes.
Mandela, por su parte, jugó un papel preponderante en la transición hacia la democracia. Se reunió con políticos en Zambia, Zimbawe, Namibia, Libia y Algeria, en el llamado "Tributo por una Sudáfrica libre". También se reunió con el presidente francés François Mitterrand con el papa Juan Pablo II, en la Primer ministro inglesa Margaret Thatcher, y con el presidente de los Estados Unidos George Bush.
En abril de 1994, se realizó la primera votación verdaderamente democrática, por primera vez, todos los ciudadanos sudafricanos, sin importar su color de piel, pudieron elegir a su presidente. Ganó Nelson Mandela.