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El amor más allá de las redes sociales

Cuando comenzamos un proceso personal para revisar temas vinculares una de las principales revelaciones es darse cuenta de que el “otro” no es responsable de nuestro sufrimiento o del fracaso de la relación.


Es muy habitual repetir patrones en materia de vínculos y, en la era de las redes sociales muchas veces nos preguntamos ¿por qué todos encuentran la felicidad en pareja excepto yo?

Vivimos obsesionados con las interacciones en Instagram, ansiosos por respuestas inmediatas en WhatsApp. Sin embargo, la esencia de los vínculos se encuentra en las conversaciones cara a cara, en las miradas sinceras que van más allá de simples reacciones en Instagram.

Cuando comenzamos un proceso personal para revisar temas vinculares una de las principales revelaciones es darse cuenta de que el “otro” no es responsable de nuestro sufrimiento o del fracaso de la relación.

Este primer paso empodera para abandonar el papel de víctima y adoptar una perspectiva más reflexiva sobre la vida y las relaciones.  

Pensemos las relaciones como el ritual de tomar mate en el que hay roles, quién ceba y quien toma mate, y esos roles pueden cambiar en situaciones diferentes equilibrando el dar y el recibir.

En una pareja no puedo ser siempre la persona que da, en todas las situaciones, o ser la que recibe en una aparente comodidad.

En el mate, el que ceba lo hace para sí mismo, y también para otro. En una relación de pareja, cuando siempre le cebamos el mate al otro y no hay lugar para uno mismo, nos fundimos y así perdemos nuestra identidad. Esto nos puede llevar a lugares de co-dependencia y sostener relaciones que no van más.

Así, una clave para mejorar nuestras relaciones es mirarnos a nosotros mismos y cuestionarnos: ¿cuánto estoy dispuesto a mostrarme? ¿Cómo me permito ser sostenido por el otro? ¿Cuán disponible estoy para escuchar y acompañar?

Identificar desde dónde nos vinculamos emocionalmente con nuestra pareja revela patrones arraigados. ¿Actuamos desde el miedo al abandono, sacrificándonos por el otro, o buscando a mamá o papá en nuestras relaciones?

Estos patrones, a menudo inconscientes, requieren reflexión para superarlos y abrirnos a nuevas formas de conexión.

Si anhelamos un cambio en el amor y las relaciones, no basta con cambiar de pareja o entorno. La raíz de nuestros patrones relacionales se encuentra en las primeras experiencias de amor con nuestras figuras de crianza, como mamá o papá.

Tomar consciencia de estos patrones resulta esencial para romper el círculo y aprender a relacionarnos de manera más saludable.

En la era de lo digital y el mundo cada vez menos tangible, la propuesta es volver a las bases de lo auténtico, lo real, el estado presente para construir vínculos significativos.

Por Manuel Colombo, Coach Ontológico y especialista en Psicología Gestáltica.

 

 

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