El amor en los tiempos de la Web
* Por Ricardo Roa. Cada vez más gente busca el amor por Internet. Es una búsqueda incierta y a veces riesgosa, no sólo por el desencanto que puede sobrevenir al pasar de una relación virtual a otra real. Pero la Red abrió las puertas a una nueva forma de vincularse: cambió nuestra vida hasta en las dimensiones íntimas.
Ya hay multitudes que buscan allí compañía. Para encontrar un espacio de diálogo y armar una pareja estable hasta conseguir sexo ocasional. Existen no menos de 20 páginas que en los últimos años sumaron 400.000 usuarios.
La mayoría son hombres de entre 25 y 45 años y de los perfiles más variados. Con estudios básicos o universitarios y de todo tipo de estado civil y personalidad: tímidos a los que les cuesta el contacto cara a cara y otros que usan la Web simplemente para conocer más gente. También hay mentiras. Y mentiritas para parecer más atractivos o más jóvenes.
Para pretender ser lo que fuimos. Sin embargo, el tiempo pasa y nos modifica. Y aunque nos pese, es hasta el momento invulnerable: quien está vivo, cambia.
El espíritu y la sabiduría pueden crecer pero el cuerpo decae.
Una disparidad entre lo que nos ocurre por dentro y por fuera.
¿Cuál es el ritmo normal para envejecer? Con la ciencia logramos atrasar el reloj pero la sobrevaloración de la juventud pide más.
Y aparecen nuevas técnicas para intentar congelar el tiempo como el botox, que paraliza los músculos de la cara reduciendo notoriamente las arrugas.
No hay nada malo en apelar a la cosmética para verse mejor, aunque sea brevemente. El riesgo es que, a fuerza de botox, se acabe con un rostro más fresco aunque planchado e inexpresivo. Como en la Web, acá hay un mundo nuevo. Pero siempre seremos lo que somos.
Ricardo Roa es EDITOR GENERAL ADJUNTO DE CLARIN