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"El 2 de diciembre nos casamos de nuevo con Campi"

Denise Dumas renueva sus votos con Campi.

Está viviendo el mejor momento de su carrera y tiene cuatro trabajos. Igual, la actual estrella de Bailando por un sueño se desvive para no descuidar a su familia y, sobre todo, a su marido.

Dice que con Martín Campilongo se ríen de los rumores de crisis y como para que quede claro, el día de su quinto aniversario de casados, volverán a unirse frente al altar.

Dice que ya no está para mostrar el cuerpo. Que odia bailar. Y que con un marido, Martín "Campi" Campilongo, y tres hijos -Isabella (9), Santino (7) y Emma (4)-, no estaba dispuesta a sumarle largas y agotadoras jornadas de ensayos a su rutina diaria. Sin embargo, Marcelo Tinelli puso sus fichas en ella. Y muy a su pesar, Denise Dumas se convirtió en la favorita del Bailando por un sueño.

Con su trabajo al frente de Este es el show, Sábado show y Cantando 2011, la conductora ya se había adueñado del cariño del público. Pero lo cierto es que su desopilante participación en el certamen de ShowMatch, terminó generándole un verdadero boom de popularidad. Así que, aunque ella asegure que este agregado está afectando el funcionamiento de su vida familiar, lo más probable es que tenga que seguir preparando coreografías hasta las últimas instancias del concurso,

-¿Decís tu edad?

-Más o menos: confundo un poco. A veces me sacan tanta edad que me río. Pero, sinceramente, tengo 35 años.

-¡Tenés los dedos cruzados!

-34, 35... por ahí.

-¿Qué pongo Denise?

-Vos poné 35. Pero, en realidad, tengo 36 (se ríe).

-¿Y cómo es un día en tu vida hoy?

-Me levanto, despierto a los chicos a eso de las 7 de la mañana, les doy el desayuno, preparo la lunchera y los llevo al colegio, aunque a veces me ayuda Martín y los lleva él. Después me quedo con la beba un rato y me voy a ensayar el baile.

-¿Las tres horas reglamentarias?

-¡Noooo! Una hora y media o dos, como mucho. El cuerpo no me da para más.
Transpiro, me duele todo. Y si ensayo demasiado, después no llego a hacer todo lo otro que tengo que hacer.

-¿Cómo sigue tu jornada?

-Vuelvo a eso de las 12, almuerzo con Emma y la llevo al jardín de pasada cuando me voy para el Canal. Hago Este es el show, salgo a las 6 de la tarde y, cuando vuelvo, algunos días paso a buscar a Santi por fútbol o taekwondo y otros a Isa y a la chiquita por natación. Cuando llegamos, armamos las mochilas, hacemos la tarea y les doy la comida. Hasta que los duermo y, ahí sí, llega el momento para estar con mi marido.

-¿Todavía te queda energía para estar con él?

-Por supuesto: lo más importante en la vida son los hijos y la pareja. Así que siempre hay que hacerse tiempo para ellos. Y con Martín nos encanta poder pasar algunas horas solos, charlando y abrazándonos.

-Pero vos pasaste de ser una ama de casa a tener cuatro trabajos a la vez.

-Sí, es demasiado. A veces uno desea tanto un trabajo como éste y, cuando llega, viene todo junto. Igual está buenísimo, así que lo agradezco y lo aprovecho, porque sé que es un momento de mi vida. Y tampoco me da miedo que se termine, porque sé que yo igual voy a ser inmensamente feliz acompañando a mi marido como lo hacía antes. Pero la verdad es que toda la familia está tratando de ayudarme.

-Es que esto cambió la vida de todos, ¿o no?

-Tal cual. Las madres me entienden. Porque cuando una viene de no trabajar tanto, a los chicos les cuesta acomodarse. Pero en casa somos un gran equipo. Y aparte, a ellos también les divierte lo que hago. Por eso, cuando no tuve la opción de no hacer el Bailando...

-¿Perdón? ¿Como que no tuviste la opción de no hacerlo?

-No la tuve: Marcelo Hugo Tinelli me obligó a hacer el Bailando. Así que yo dije: "Ya que no tengo alternativa, tratemos de que sea un lindo momento para todos". Y por eso, aprovechando que tengo un quincho grande, muchos de los ensayos los hago en casa. Mi coach, Carla, viene con su hijo. Y mientras los chicos se divierten jugando a la pelota, Isa pone la música y Ale, mi soñador, y yo bailamos cumbia o reggaeton.

-¡Jamás me hubiera imaginado esa situación!

-Es un lindo momento familiar. Aunque a veces se complica, porque estoy ensayando y Santi

me pega un pelotazo.

-¡Con razón salen así las galas!

-Claro (se ríe). Igual, haga lo que haga, no van salir mejor. ¡No hay manera! Porque yo te juro

que le pongo todo lo que puedo.

-No eras de hacer mucha actividad física, ¿no?

-Hice deportes cuando era muy chica, pero no tenía un cuerpo entrenado. Así que el primer día me dolía todo. Después me fui acostumbrando un poco al ejercicio. Pero en determinado momento, el cuerpo te pasa factura. Cuando empecé a ensayar el caño, por ejemplo, me zarpé e hice de todo. Pero a la mañana siguiente no me podía ni sentar en la cama. Y nunca más me respondieron los músculos. O sea que estoy tratando de cuidarme, porque sino no voy a llegar a fin de año. Y, encima, en las galas, tengo que lucir espléndida.

-Hablando de eso, ¿que dice Campi cuando te ve bailar con ropa sexy?

-El me conoció haciendo revista con Nito Artaza. Y ahí yo hacía de sexy de verdad, porque tenía

una coreografía en la que salía divina. Pero acá no lo puedo sostener.
No soy nada sensual bailando. Además, no muestro la cola ni estoy dispuesta a aceptar algunas cosas

-¿Que te corten la pollerita, por ejemplo?

-¡Ni loca lo permito! Y tengo preparada una batalla campal por si a Marcelo se le ocurre hacerlo. Por eso estoy llevando un ejército de niños al piso, porque la presencia de los chicos siempre inhibe. Y si él insiste, le mando a Santiago, mi perro, que es enorme (se ríe). Hablando en serio, la realidad es que Martín me conoció sexy y ahora se divierte mucho con lo que hago.
Porque hasta mi caño va a ser diferente.

Lo que pasa es que como madre hay cosas que me dan vergüenza. Porque yo, después de bailar, tengo que ir al colegio y participar de las reuniones de padres.

-¿Acaso las otras madres te miran distinto desde que estás en el Bailando?

-En realidad, somos un grupo de padres que nos conocemos desde hace muchos años. Incluso los compañeritos de mis hijos vienen a hacerme de hinchada al estudio.

Pero igual, a mí me genera cierta incomodidad la situación. Es raro estar con una peluca de rulos un día bailando axe y, al siguiente, tener que acompañar a los chicos a la feria del libro del colegio. Por eso me cuido mucho con el tema de la exposición física. No sé qué es peor: si hacer el ridículo o salir en bikini (se ríe). Pero yo prefiero que se rían de mí y no que me vean como una comehombres, algo que por otra parte, no soy.

-¿En qué grado están los más grandes?

-Isa en cuarto y Santi en segundo.

-¿Y cómo vino el boletín este año que mamá no les pudo prestar tanta atención?

-Muy bien. Por suerte, los dos son muy buenos alumnos. Ojo que igual me siento a estudiar con ellos. Lo que pasa es que después de tanto trabajo llego con más ganas de jugar que de ponerme a hacer la tarea. Igual la hacemos: a los ponchazos, pero la hacemos. Porque Marcelo la ha hecho un par de veces muy mal, así que decidimos que no podíamos delegar esa responsabilidad en él, já! Y yo hago lo que puedo.

-¿Los chicos no te hacen ningún reclamo?

-Por ahí, les molesta que no esté a la salida del colegio. Porque los hijos quieren todo. Pero a los actos escolares, que son a la mañana, siempre voy. Y por suerte, en Ideas del Sur son muy generosos, así que para la fiestita de fin de año, que es a la tarde, me dan el día.

-¡Qué suerte!

-Es que como madre, si no pudiera estar en esos momentos, no haría tantas cosas.
De todas formas, yo sé que esta estructura nueva que tuvimos que armar en casa es para este momento. Y que después va a volver todo a la normalidad. Ojalá Este es el show siguiera por cinco años más al aire. Pero la realidad es que éste es un trabajo muy inestable y hay que aprovechar las buenas rachas.

-Decime la verdad, como hombre, ¿Campi no siente celos al ver que trabajás tanto?

-Para nada. Por suerte, siempre nos complementamos.
Ahora él está feliz porque logró hacer un unipersonal en el Velma Café, que le dio el prestigio que buscaba.

Así que estamos en un muy buen momento laboral los dos, haciendo cada uno lo que tiene ganas. Además, mi marido siempre me dice algo que me emociona.

-¿Qué?

-"Al fin se dieron cuenta". Porque yo quería tanto ser conductora... Y él les insistió al Chato Prada y a Federico Hoppe para que estuviera, hasta que me pusieron.

La verdad que se la jugaron, porque ellos me conocían por ser amigos de Martín y venían todos los veranos a Córdoba.

Pero no sabían cómo podía ser yo al frente de un programa. Sin embargo, lo convencieron a Marcelo de que podía hacerlo bien. Mi marido hizo mucho para que esto se diera.

-Pero junto con tu popularidad, vinieron los rumores de separación.

-Martín se ríe de esas cosas. A mí, por ahí, no me gusta que se digan cosas que no son ciertas. Porque, encima, inventaron que yo estaba con el Chato. Sin embargo, mi marido no le dio importancia a nada de lo que se dijo. Y sinceramente, si estoy disfrutando tanto de este momento, es porque veo que él también lo está disfrutando.

-Habías dicho que este año te volvías a casar con Campi, ¿vas a poder cumplir esa promesa?

-Sí: el 2 de diciembre nos casamos de nuevo.

-Quiero detalles.

-Ese día cumplimos 5 años de casados y queremos renovar los votos. Así que vamos a hacer una ceremonia chiquita y una gran fiesta.

-¿Con vestido de novia y todo?

-No sé si da para el vestido blanco, pero la idea es hacer todo otra vez como para que Emma, que no había nacido cuando nos casamos y siempre pregunta por qué ella no está en las fotos,

pueda estar presente.

-¿Y ya tienen el salón?

-Nada: no tenemos el lugar, ni el catering, ni nada. Sólo la fecha, que es la de nuestro aniversario. Y al padre Luis, que es el que nos casó. Pero queremos una linda fiesta, para ver a toda la familia junta y disfrutar de una buena pachanga

-Perdón, ¿en qué tiempo pensás a organizar esto?

-No lo sé (se ríe). Porque, en el medio, también me tengo que mudar. Pero creo que la clave es disfrutar de lo que uno tiene hoy, porque mañana no se sabe.

Tengo a mis hijos sanos. Y tengo un marido que me ama y al que yo amo apasionadamente.
Así que, cada día que me levanto, digo: "Gracias".

-Después de haber perdido un embarazo el año pasado, ¿seguís pensando en tener un hijo más?

-Sí. Y si Dios quiere, es posible que llegue para el año que viene. Si no se da, va a ser porque la vida quiso otra cosa. Pero la verdad es que, tanto Martín como yo, queremos tener un hijo más. Y vamos por él.