Sociedad
El 1 de julio saldrá la reglamentación de la receta electrónica: cómo se implementará y qué pasa con las prescripciones manuscritas
Los médicos que quieran seguir confeccionando recetas en papel deberán inscribirse en un registro. Desde cuándo. Cómo afecta a los pacientes.
Los ministros de Salud provinciales tendrán mañana una reunión virtual en la que el responsable de la cartera nacional, Mario Russo, les informará dos cosas. La primera es que, aunque en una semana debería entrar en vigencia la obligatoriedad de la prescripción por receta médica electrónica, el Gobierno prorrogará las órdenes manuscritas hasta diciembre. La segunda, que el 1 de julio saldrá la reglamentación de todo ese asunto y, con ella, los detalles de implementación de dos registros obligatorios: uno que habilitará las plataformas de confección de recetas electrónicas y otro (que existe, pero está incompleto) para registrar a los médicos de todo el país que pretendan seguir indicando remedios y prácticas clínicas, claro está, en forma electrónica.
A través de una reducción fenomenal del Estado, el Gobierno viene impulsando que los distintos territorios -dicho amablemente- se ocupen de sus asuntos. Sin embargo, las novedades de este lunes requerirán un acompañamiento federal al Gobierno de Javier Milei. Habrá que ver si todos los ministros ponen la misma voluntad. Como se verá debajo, Clarín se comunicó con fuentes del Ejecutivo nacional y con las 24 jurisdicciones. Respondieron las consultas algo más de la mitad.
Si bien al cierre de esta nota faltaba la confirmación de Buenos Aires, Catamarca y La Pampa, es casi seguro que la mayoría de los ministros dirán presente en el encuentro virtual con Russo, quien les dará detalles sobre la resolución que reglamentará el decreto 345/2024, que en abril pasado impulsó la obligatoriedad (en ese momento se decía que para julio) de la receta médica electrónica.
También se enterarán de las novedades sobre los dos registros (disponibles desde el 1° de julio) que, dice el Gobierno, sostienen toda la iniciativa de la receta electrónica.
El primero ya existe desde agosto de 2023, pero el Gobierno busca actualizarlo y completarlo. Es el Registro Federal de Profesionales de la Salud (REFEPS), que pende del famoso SISA. Todos los médicos que quieran seguir indicando medicamentos y prácticas en 2025 deberán figurar ahí, aunque la tarea de carga nombre por nombre la tienen los colegios provinciales, que son los que tramitan las matrículas profesionales.
El segundo es nuevo. Se llama Registro Nacional de Plataformas Digitales Sanitarias (ReNaPDiS). Es nada menos que un reservorio de las apps y plataformas de receta electrónica “habilitadas” por el Ministerio, una clasificación que hasta ahora solo existía en forma declamativa.
Es que, a pesar de que la receta electrónica tiene datos personalísimos de los ciudadanos y a pesar de que toda esa información queda después boyando electrónicamente, el desconocimiento sobre quiénes están detrás de esos desarrollos y qué uso hacen de los datos personales es casi total, ya que el Estado no los vino controlando.
El desafío de la receta electrónica para los pacientes
A los pacientes menos “alfabetizados” informáticamente, estas novedades les podrían implicar un pequeño desafío. En parte porque nada será del todo uniforme. Por ejemplo, según la provincia y el prestador (prepaga, obra social, cobertura pública), la receta electrónica podría funcionar de varias formas distintas.
Por ejemplo, o que con solo informar el DNI, el farmacéutico o centro de salud pueda ver la orden médica en pantalla (como hoy ocurre con PAMI, por ejemplo), o que el paciente deba exhibir la prescripción desde su celular. ¿Y qué pasaría en esos casos si la persona o la farmacia no tienen conectividad?
Dada la enorme población que no posee dispositivos con datos para usar internet en la calle, esto podría representar problemáticas de distinto tenor. El Gobierno asegura estar ajustando tuercas en ese sentido.
También, en otros. Porque ni siquiera el PAMI, por muy digitalizado que está, quedará exento de modernizarse. El cambio más importante será en cuanto a la ubicación de los campos que el médico debe llenar en la indicación.
Este es un punto sensible para el Ministerio (aseguran): se debe priorizar el nombre genérico de la droga, mientras que la sugerencia de marca (Russo pareció dar una batalla por este punto contra la industria farmacéutica, pero rápidamente se replegó) puede hacerse debajo, en un lugar lógicamente secundario. Hoy, la receta de PAMI tiene estos ítems en orden inverso. En este caso, el orden de los factores altera el producto.
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