Ejemplo español para Club de París

 Obviamente, el temario será amplio, pero un capítulo central estará presente: la intención de la Argentina de lograr un acuerdo de largo plazo con el Club de París. Para esto, el jefe de Gobierno español, cuyo país es acreedor del 7% del total de los 6.570 millones de dólares que se deben, podría tener un rol fundamental. No por el monto de la deuda con ese estado europeo, sino porque un acuerdo para cancelar otro préstamo entre la Argentina y España podría servir de ejemplo para las próximas negociaciones con el organismo.

Es el que Néstor Kirchner y Zapatero firmaron en enero de 2007 mediante un tratado bilateral por el que la Argentina se comprometió a liquidar la deuda por u$s 1.000 millones que el país tomó en 2001. La clave de ese acuerdo es que se firmó por cinco años, con una tasa de interés baja (5% anual) y sin la intervención del FMI. Sin embargo, lo que interesa a la Argentina de ese acuerdo es además que en las negociaciones entre Kirchner y Zapatero, el socialista europeo aceptó dejar fuera los punitorios por u$s 180 millones que correspondían por la falta de cumplimiento de los vencimientos de esa deuda.

Para la Argentina, este acuerdo podría servir de base de operaciones para las próximas negociaciones que comenzarán en menos de 10 días en París, entre el ministro de Economía, Amado Boudou, y las autoridades del Club de París. Se sabe que es un objetivo de máxima y que es difícil de aceptar por parte del resto de los acreedores, especialmente el tema de la eliminación de los punitorios. Sin embargo, se espera entonces de las buenas acciones de Zapatero ante sus colegas europeos (especialmente la alemana Angela Merkel, el país al que más dinero le debe la Argentina con casi u$s 2.200 millones), para la firma de un acuerdo similar al que se pactó con España.

La posibilidad de un acuerdo similar al cerrado en 2007 con Zapatero (y que se terminará de liquidar a fines de 2012), tendría amplias ventajas para el país, además de la eliminación de los punitorios, un capítulo del que todavía la Argentina ni siquiera planteó ante los acreedores. El principal motivo para detenerse en este tratado bilateral, es que por el plazo estipulado (cinco años), la Argentina no necesitaría utilizar reservas para enfrentar los pagos. En teoría, con ingresos corrientes y eventualmente la colocación de deuda voluntaria a bajo interés (objetivo de Boudou posacuerdo con el Club de París), se solucionaría el problema de enfrentar el pago de las cuotas con el organismo.

En total, la deuda comprometida con España y reconocida por el país en el acuerdo Kirchner-Zapatero, llegó a los u$s 982,5 millones. Ese dinero había sido aportado en un solo giro, durante el Gobierno de José María Aznar con Rodrigo Ratto de ministro de Hacienda español, a la gestión de Fernando de la Rúa. El dinero llegó a principios de 2001, y la intención española era hacer un aporte particular para fortalecer las negociaciones de la Argentina con el FMI en medio de la discusión para formalizar el blindaje que se estableció para evitar el default del Gobierno de la Alianza. Obviamente el intento resultó fallido. La Argentina terminó en default, y los casi u$s 1.000 millones aportados por Zapatero terminaron en el paquete de los casi u$s 100.000 millones que Adolfo Rodríguez Saá declaró impagos.