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Ejecutaron a un joven de 17 años que se encontraba secuestrado

Un joven de 17 años que había sido secuestrado con fines extorsivos a principios de semana en el partido bonaerense de Pilar fue hallado asesinado a balazos en un descampado de la localidad de Campana.

La víctima, identificado por la policía como Matías Berardi, había sido secuestrado el lunes por la madrugada en el cruce de la ruta 26 y Panamericana, en el partido de Pilar.

En ese lugar, el joven había bajado de una combi para tomar un colectivo que lo transportaría hasta su casa, ubicada en Ingeniero Maschwitz, partido de Escobar.

A partir de ese momento, la familia recibió al menos cuatro llamados telefónicos desde el celular del joven en los que los captores reclamaban el pago de un rescate para liberarlo sano y salvo.

El primero de los pedidos de rescate llamó la atención de las autoridades policiales ya que tan solo se requirieron "quinientos pesos", según admitió el Jefe de la Policía bonaerense, Juan Carlos Poggi.

El joven era hijo de un veterinario y las primeras estimaciones investigativas indican que el secuestro podría haber sido realizado por individuos que actuaron "al voleo", con intenciones de transformarlo en "express".

Sin embargo, luego un día de búsqueda, efectivos de la Policía hallaron durante la tarde el cuerpo del muchacho, con el torso desnudo y con al menos tres disparos de arma de fuego, tirado en un terreno a metros de la ruta 6, a la altura del kilómetro 200, y a un kilómetros aproximadamente del centro de la localidad de Campana.

La causa se encuentra bajo secreto de sumario, de acuerdo a lo indicado por el fiscal Jorge Bocas.

El ministro de Seguridad bonaerense, Ricardo Casal se hizo presente en el lugar del hallazgo.

Según fuentes policiales, el chico había ido a bailar el domingo por la noche a un conocido boliche de la Costanera porteña para celebrar con sus amigos en una fiesta de egresados.

La última noticia que se tuvo de él fue que, a las 5:30 de la madrugada del lunes en la ruta 26 y Panamericana fue dejado por una combi donde se había transportado junto a amigos para tomar otro transporte que lo dejara en su casa.

Unos cuarenta minutos después, el padre del joven escuchó la voz de su hijo que llorando le decía que había sido secuestrado por una banda.

A partir de ese momento, los secuestradores fueron quienes se comunicaron con los familiares, siempre a través del teléfono celular de la víctima.

El aparato apareció destrozado a pocos metros del cadáver, por lo que se presume que los últimos llamados fueron hechos por los captores desde otros celulares.

En un principio, la cifra solicitada por los secuestradores arrancó con mil pesos y fueron subiendo la suma hasta llegar a seis mil, indicios que para los investigadores evidenció la inexperiencia de la banda.

Finalmente, los secuestradores dejaron de comunicarse con la familia del joven, el rescate nunca se pudo pagar y todo terminó con un trágico desenlace.

El padre de la víctima reconoció el cadáver en el lugar del hecho y esta noche se realizaría la autopsia.