Egipto realiza la "marcha del millón de personas"
El duelo entre el presidente egipcio Hosni Mubarak y los manifestantes que desde hace una semana reclaman su renuncia vive este martes una prueba decisiva, con la convocatoria a marchas de "un millón" de personas.
Más de 5.000 personas se encontraban ya congregadas en la madrugada en el centro de El Cairo, donde muchas de ellas pasaron la noche, pese al toque de queda que concluyó a las ocho de la mañana (06H00 GMT).
En la Plaza Tahrir (Plaza de la Liberación), epicentro de las revuelta, los manifestantes gritaban "¡Fuera Mubarak!" y enarbolaban pancartas con la imagen de Mubarak colgado y una leyenda al pie: "Tu cabeza rodará".
"La pelota está ahora del lado de los europeos y los norteamericanos. No queremos nada de ellos, pero tampoco queremos que ayuden a Mubarak", dijo a la AFP un manifestante, Usama Alam, de 43 años.
Helicópteros militares sobrevolaban la ciudad y los soldados desplegados en la capital desde el viernes controlaban los accesos. Pero el ejército -uno de los pilares, junto a la policía, del régimen autoritario egipcio- ya dejó claro que consideraba "legítimas" las reivindicaciones del pueblo y anunció que no recurriría a la fuerza contra los manifestantes. "La libertad de expresión de forma pacífica está garantizada para todos", afirmó el lunes portavoz del Ejército.
Una marcha similar a la de El Cairo fue convocada en Alejandría, junto al Mediterráneo, como respuesta a la decisión de las autoridades de interrumpir el tráfico ferroviario desde el lunes.
La rebelión reúne a fuerzas políticas de todo cuño, desde la oposición laica a la islamista, pasando por una nebulosa de cibernautas que desencadenaron el movimiento.
Unas 50 Organizaciones No Gubernamentales (ONG) egipcias de defensa de los derechos humanos pidieron el martes a Mubarak "que se retire del poder para evitar un baño de sangre".
Los Hermanos Musulmanes, el grupo de oposición más influyente de Egipto, llamaron a seguir con las manifestaciones hasta que el régimen se desplome.
Mubarak, 82 años, en el poder desde 1981, esbozó en los últimos días gestos de apertura, sin conseguir aplacar las protestas masivas que desde el martes pasado dejaron por lo menos 125 muertos y miles de heridos.
Los organizadores de las marchas también llamaron a una huelga general, en un país que de todos modos ya está paralizado, sin trenes, con los bancos y la bolsa cerrada, las gasolineras con las reservas a menudo agotadas y los cajeros automáticos vacíos.
El director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, dijo que la entidad está dispuesta a ayudar "a concebir el tipo de política económica que podría aplicarse" en Egipto.
El vicepresidente egipcio Omar Suleimán, designado en el cargo el fin de semana en el marco de un cambio de gobierno, anunció el lunes que Mubarak le había pedido "establecer contactos inmediatamente con todas las fuerzas políticas".
Egipto, el más poblado de los países árabes (80 millones de habitantes), es un aliado de Occidente y administra el Canal de Suez, esencial para el aprovisionamiento petrolero de los países industrializados. Es, además, uno de los dos países árabes (el otro es Jordania) que firmó un tratado de paz con Israel. Por todo eso, el desenlace de la crisis genera ansiedad mundial.
La Casa Blanca urgió el lunes a la calma y se dijo complacida por la "moderación" exhibida por las fuerzas de seguridad egipcias.
El jefe de la Liga Arabe, Amr Musa, ex ministro egipcio de Relaciones Exteriores, pidió por su lado una "transición pacífica". Y la Unión Europea urgió a celebrar elecciones "libres y justas" en el país norteafricano.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, agitó en cambio el espectro de un régimen al estilo iraní en caso de que, al amparo del caos, "un movimiento islamista organizado tome el
control del Estado".
El canciller iraní, Ali Akbar Salehi, afirmó el martes que la rebelión egipcia "va a desempeñar un papel en la creación de un Oriente Medio islámico".
Las autoridades tratan de obstruir los contactos de los organizadores de las marchas con la población. El lunes, dejó de operar el último proveedor de internet, con lo cual los egipcios quedaron cortados de la red.
El barril de petróleo se negocia desde el lunes por primera vez en dos años por encima de los 100 dólares el barril.