Egipto: ONU contó hasta 300 muertos por la protesta opositora
"Las víctimas han estado aumentado a diario, con datos no confirmados que sugieren que hasta 300 personas habrían muerto hasta ahora, más de 3.000 habrían resultado heridas y cientos habrían sido detenidas", señaló la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, aseguró contar con datos no oficiales de hasta 300 muertos en las manifestaciones de la última semana en Egipto, por lo que hizo un llamado a la calma a las autoridades y fuerzas de seguridad de cara a la masiva protesta convocada para hoy en El Cairo.
"Las víctimas han estado aumentado a diario, con datos no confirmados que sugieren que hasta 300 personas habrían muerto hasta ahora, más de 3.000 habrían resultado heridas y cientos habrían sido detenidas", señaló Pillay en un comunicado difundido por la agencia de noticias Europa Press.
"Pido a las autoridades egipcias que garanticen que la Policía y otras fuerzas de seguridad evitan escrupulosamente el uso excesivo de la fuerza", ha señalado Pillay, reclamando igualmente una "investigación plena sobre el papel de las fuerzas de seguridad en la violencia que se ha registrado en los últimos días".
Pillay recordó al régimen del presidente Hosni Mubarak que debe proteger a los civiles y garantizar sus derechos, "incluido el derecho a la vida y a la libertad de reunión y de expresión".
En este sentido advirtió de que "no debe haber detenciones arbitrarias de personas simplemente por protestar o por expresar sus opiniones políticas".
"Todo el mundo está observando cómo el presidente y el Gobierno reconfigurado reaccionan a las continuas protestas reclamando un cambio radical en un amplio espectro de derechos civiles, políticos, sociales, culturales y económicos", agregó.
Así las cosas, ante la previsión de que hoy se puedan congregar un millón de personas en la plaza Tahrir de El Cairo, Pillay instó "tanto al Ejército como a la Policía a actuar con el mayor cuidado y contención".
"También pido a los manifestantes que eviten cualquier acto de violencia que pueda enturbiar los extraordinarios logros hechos hasta ahora", considerando que la marcha de hoy "es probable que sea un momento fundamental en la transición en Egipto hacia una sociedad más libre, justa y democrática".
En otro orden de cosas, criticó el hecho de que siga en vigor en el país el estado de emergencia desde 1981, lo que "demuestra claramente que los Derechos Humanos no son una de las principales preocupaciones" de Mubarak.
También solicitó al Gobierno que "deje de interferir en los sistemas de comunicaciones, Internet y transporte, así como con periodistas y medios de comunicación como Al Yazira que están intentando informar de la situación".
"Los ciudadanos tienen derecho a protestar y la libertad de información es especialmente importante en momentos como estos", enfatizó Pillay.
Finalmente, hizo un llamamiento a "todos los gobiernos, tanto en esta región como en otras, a reflexionar sobre el hecho de que, a largo plazo, la estabilidad verdadera y duradera no depende de un aparato de seguridad despiadado o de un férreo control militar sino del desarrollo de los Derechos Humanos y la democracia".
"La estabilidad no puede buscarse sólo desde la óptica de la seguridad. Este es un método corto de miras que, en último término, está llamado al fracaso", remarcó.
"Las víctimas han estado aumentado a diario, con datos no confirmados que sugieren que hasta 300 personas habrían muerto hasta ahora, más de 3.000 habrían resultado heridas y cientos habrían sido detenidas", señaló Pillay en un comunicado difundido por la agencia de noticias Europa Press.
"Pido a las autoridades egipcias que garanticen que la Policía y otras fuerzas de seguridad evitan escrupulosamente el uso excesivo de la fuerza", ha señalado Pillay, reclamando igualmente una "investigación plena sobre el papel de las fuerzas de seguridad en la violencia que se ha registrado en los últimos días".
Pillay recordó al régimen del presidente Hosni Mubarak que debe proteger a los civiles y garantizar sus derechos, "incluido el derecho a la vida y a la libertad de reunión y de expresión".
En este sentido advirtió de que "no debe haber detenciones arbitrarias de personas simplemente por protestar o por expresar sus opiniones políticas".
"Todo el mundo está observando cómo el presidente y el Gobierno reconfigurado reaccionan a las continuas protestas reclamando un cambio radical en un amplio espectro de derechos civiles, políticos, sociales, culturales y económicos", agregó.
Así las cosas, ante la previsión de que hoy se puedan congregar un millón de personas en la plaza Tahrir de El Cairo, Pillay instó "tanto al Ejército como a la Policía a actuar con el mayor cuidado y contención".
"También pido a los manifestantes que eviten cualquier acto de violencia que pueda enturbiar los extraordinarios logros hechos hasta ahora", considerando que la marcha de hoy "es probable que sea un momento fundamental en la transición en Egipto hacia una sociedad más libre, justa y democrática".
En otro orden de cosas, criticó el hecho de que siga en vigor en el país el estado de emergencia desde 1981, lo que "demuestra claramente que los Derechos Humanos no son una de las principales preocupaciones" de Mubarak.
También solicitó al Gobierno que "deje de interferir en los sistemas de comunicaciones, Internet y transporte, así como con periodistas y medios de comunicación como Al Yazira que están intentando informar de la situación".
"Los ciudadanos tienen derecho a protestar y la libertad de información es especialmente importante en momentos como estos", enfatizó Pillay.
Finalmente, hizo un llamamiento a "todos los gobiernos, tanto en esta región como en otras, a reflexionar sobre el hecho de que, a largo plazo, la estabilidad verdadera y duradera no depende de un aparato de seguridad despiadado o de un férreo control militar sino del desarrollo de los Derechos Humanos y la democracia".
"La estabilidad no puede buscarse sólo desde la óptica de la seguridad. Este es un método corto de miras que, en último término, está llamado al fracaso", remarcó.