EE.UU. lanza la primera nave privada al espacio
La firma estadounidense SpaceX envió a órbita y trajo de vuelta con éxito su cápsula espacial Dragon, en el primer intento de esta clase realizado este miércoles por una empresa privada y que podría abrir el camino a los vuelos comerciales espaciales.
Nunca antes una empresa privada había intentado el riesgoso desafío de enviar una nave espacial a orbitar la Tierra y regresarla al planeta y SpaceX realizó la operación perfectamente, dijeron funcionarios de la Nasa y de la empresa.
"Estoy casi en estado de shock. Me gustaría poder articular mejor en momentos como este", dijo el fundador de SpaceX, Elon Musk.
"Realmente fue mejor de lo que esperaba", agregó. "Si hoy hubiera habido alguien en la cápsula Dragon, habría tenido un paseo muy agradable".
La nave Dragon -que en un futuro podría llevar astronautas y provisiones al espacio- despegó de Cabo Cañaveral (Florida, sureste) a bordo de un cohete Falcon 9 a las 15.
La cápsula con forma de bala entró en órbita unos 10 minutos después, luego orbitó la Tierra dos veces y reingresó a la atmósfera, para un amerizaje en el océano Pacífico a las 19.
"La nave Dragon de SpaceX cayó exitosamente al océano. ¡Misión cumplida!", escribió la agencia espacial estadounidense en su cuenta de Twitter.
Momentos antes la propia empresa estadounidense SpaceX, propietaria de la nave, había confirmado el "suave amerizaje" en el océano, al oeste de la costa mexicana.
Por ahora no viajó nadie a bordo de la cápsula Dragon, pero tiene espacio para siete tripulantes y una amplia bodega de carga, que un día podría llevar provisiones a la Estación Espacial Internacional (ISS), luego de que la Nasa jubile su flota de transbordadores el año próximo.
En ausencia de carga y tripulantes, la cápsula Dragon transporta "tarjetas de identificación de los empleados de SpaceX y otros recuerdos", informó la Nasa.
La operación tenía el objetivo de mostrar la habilidad de la cápsula de despegar y separarse del cohete Falcon 9, orbitar la Tierra, transmitir señales, recibir órdenes y luego reingresar a la atmósfera del planeta para ser recuperada en el océano.
El próximo paso es un vuelo alrededor de la Estación Espacial Internacional (ISS), en una misión de cinco días durante 2011. El tercero sería un vuelo tripulado hacia la ISS, también en 2011.
Pero la empresa no era demasiado optimista sobre el éxito de toda la operación y proyecta sólo un 70% de probabilidades de éxito.
"La Historia nos hace pensar que tendremos algún problema importante en el curso de uno de los tres primeros vuelos, eso es algo empírico que no tiene nada que ver con lo que estamos haciendo ni con nuestras esperanzas", dijo el lunes la presidenta de Space X, Gwynne Shotwell.
"No soy una estadista, así que no necesariamente quiero poner un número (a las probabilidades de éxito), pero pienso que no es menor a 70%", estimó.
De hecho un par de problemas técnicos ya habían retrasado este lanzamiento: primero, se descubrió el lunes una grieta en el impulsor del motor, lo que pospuso un día el despegue; luego, el miércoles, el primer intento de lanzar la nave en la mañana fue abortado por motivos que aún se desconocen.
La agencia espacial estadounidense Nasa firmó un contrato de 1.600 millones de dólares con SpaceX en diciembre de 2008 en el marco del programa de los Servicios de Transporte Comercial Orbital (COTS, por su sigla en inglés), para que le suministre 12 naves espaciales con capacidad de carga de al menos 20 toneladas capaces de reabastecer la ISS hasta 2016.
La Nasa y el Gobierno de Estados Unidos alientan al sector privado a involucrarse en el espacio con el fin de tapar el agujero que dejará el fin del programa de transbordadores espaciales en 2011 hasta que comiencen a volar las naves de la próxima generación de transbordadores de la agencia espacial.
Mientras tanto, Estados Unidos dependerá de los cohetes rusos Soyuz para acceder a la ISS.