Ecuador: una multitud se congregó para respaldar a Rafael Correa y el gobierno declaró el estado de excepción
Miles de personas se congregaron frente a la sede del gobierno ecuatoriano para respaldar al mandatario ante el amotinamiento de la policía.
Desde el hospital militar donde permanece internado después de haber sido afectado por los gases lacrimógenos en el marco del alzamiento policial que se registra en el país, en diálogo telefónico con una radio ecuatoriana, Correa dijo: "Hubo una bomba lacrimógena que explotó cerca de mi rostro, trataron de quitarme la máscara de gas".
"No podía respirar y me tuvieron que ingresar al hospital militar. Apuntaron al presidente, nuestra fuerza pública, ¡es increíble! Ahora estoy con suero. Es algo extremadamente grave", agregó.
Correa afirmó además que abandonará el hospital cuando "se den las condiciones" porque "parece que está rodeado el hospital" y advirtió que cualquier intento de impedirle salir "sería el colmo de la traición a la patria, a su presidente, a su vocación como policías".
El mandatario atribuyó a una "desinformación total" el levantamiento policial, porque "se le está diciendo a los policías que el Gobierno va a disminuir sus sueldos" cuando lo ha subido "cuatro veces".
Cuando asumió la presidencia, dijo Correa, "los sueldos de la policía estaban entre 300 y 400 dólares, y ahora están entre 1.200 y 1.500 dólares" y que "las condecoraciones, además de un honor, suponen un sueldito más", que es lo que se ha cortado para atender otras prioridades.
Además, aseguró que el levantamiento "es una conspiración que se ha venido instalando desde hace mucho tiempo", producto de la acción de "una minoría" que comete "traición a la patria".
Por otro lado Correa hizo un llamado a la calma de la ciudadanía y respecto de los saqueos que se registran en Guayaquil, la segunda ciudad del país, ratificó que se trata de una intentona "golpista" de sectores de la oposición.
En declaraciones a una radio quiteña, el mandatario anticipó que la actitud policial "será sancionada" y anticipó que en cuanto le den el alta del hospital, donde se repone tras la agresión de los policías amotinados, intentará salir y que "si es verdad que está cercado, eso sería gravísimo y tendremos que tomar medidas".