Dólar quieto y tasas en alza impulsan (poco) a plazo fijo
*Por Pablo Wende. Subieron $ 700 millones en una semana. Seguro cambiario, pero ¿hasta cuándo?
Por Pablo Wende. La estrategia de «planchar» el dólar y al mismo tiempo impulsar una suba de la tasa de interés que llevó adelante el BCRA a partir de mediados de septiembre comenzó a tener algunos resultados.
El más relevante es la suba cercana de $ 700 millones en una sola semana (la que va del 19 al 23 de septiembre, que es la última información oficial disponible). Representa un incremento del 1% y permitió que el nivel de colocaciones a plazo volviera a los $ 100.600 millones, el mismo nivel que un mes atrás.
Para estabilizar la divisa, la entidad que preside Mercedes Marcó del Pont comenzó a ofrecer agresivamente contratos a futuro de dólar (para fines de septiembre y octubre) prácticamente a los mismos precios que el contado. De esta forma promovió una verdadera «bicicleta financiera»: para los inversores pasó a ser negocio vender sus dólares y pasarse a un plazo fijo en pesos para ganarse la tasa de interés. El negocio cierra recomprando los billetes al mismo precio a fin de octubre.
Compras
Esta oportunidad la aprovecharon sobre todo los inversores mayoristas, más habituados y con más herramientas para aprovechar estos arbitrajes entre tasa de interés y dólar futuro. El público, sin embargo, continuó comprando dólares en casas de cambio y sucursales bancarias.
Esto se notó en el ritmo de aumento de los depósitos en dólares (subieron más de u$s 400 millones en las tres primeras semanas de septiembre) y también en la venta de divisas tanto de organismos oficiales como ANSES y el propio BCRA en los tres últimos días de septiembre.
El Central viene impulsando sucesivas subas en las tasas en las últimas colocaciones de Lebac y Nobac. Arrancó el año en un 11% para los plazos más cortos y ahora ya está pagando cerca del 13,5%. Esto se traduce en rendimientos de plazos fijos que ya llegan al 14% para los grandes inversores, pero que probablemente continúen en ascenso a medida que se acerque fines de octubre.
La idea del Gobierno es remunerar mejor a los bancos que compran Lebac y Nobac para que a su vez ellos también puedan pagarles mejor tasa a los ahorristas y mantener cierto ritmo de aumento de depósitos. De todas formas, en la medida que se siga perdiendo dinamismo en la captación de plazos fijos, será más complicado mantener el nivel de aumento del crédito. Sucede que los depósitos a plazo aumentan al 1% y los préstamos lo vienen haciendo al 5%. Esa brecha tenderá a reducirse en los próximos meses. En otras palabras, las entidades no tendrán que apretar el freno, pero por lo menos sí sacar el pie del acelerador en materia crediticia. Pero nada de esto se sentirá antes de las elecciones.
Ayuda
Es cada vez más notoria, por otra parte, la ayuda de los organismos oficiales al BCRA para contener al dólar. Los depósitos del sector público cayeron en lo que va de 2011 de u$s 4.400 millones a apenas u$s 1.300 millones y es probable que antes de fin de año prácticamente desaparezcan. Cuando el Banco Nación o especialmente la ANSES se desprenden de divisas le dan un poco de respiro al Central para que no pierda tantas reservas. El organismo previsional, incluso, salió a vender bonos en dólares hace algunas semanas para hacerse de billetes y salir a venderlos al mercado.
Lo que viene no es precisamente sencillo en materia financiera y cambiaria. Es probable que el BCRA se vea obligado a planchar también los futuros del dólar para noviembre y diciembre para evitar cualquier sorpresa antes de fin de año y en medio de la asunción del próximo Gobierno.
En diciembre, además, el Gobierno debe pagar u$s 2.300 millones por el vencimiento del cupón PBI, lo que significará otra fuerte caída adicional de reservas, que la semana pasada cayeron de los u$s 49.000 millones.
La fuerte caída del precio de la soja y el menor crecimiento de Brasil, además, achicarían fuertemente el superávit comercial del país en 2012. Menores ingresos de dólares genuinos y fuga de capitales sostenida marcan un escenario cuanto menos complejo si lo que el Gobierno busca es frenar una devaluación más marcada de la moneda.