Disponen toque de queda por sismo en Christchurch
Un sismo de 7,1 grados en la escala de Ritcher provocó la muerte de un hombre y severos daños en edificios de la ciudad de Christchurch, en Nueva Zelanda, y la zona se prepara para la llegada de un tormenta, por lo que las autoridades dispusieron el toque de queda.
El sismo, que tuvo lugar ayer, fue seguido luego por otros 20 temblores, el más grande de 5,3 grados, y los sismólogos advirtieron que podrían registrarse nuevos movimientos telúricos.
Durante los sismos, un hombre murió a raíz de un infarto y otras personas sufrieron heridas, entre ellas dos de gravedad, consignó la agencia ANSA.
Christchurch es una ciudad de Nueva Zelanda, ubicada aproximadamente a 300 kilómetros al sur de la capital, Wellington, en la costa este de la Isla Sur, en la provincia de Canterbury. Numerosas personas abandonaron sus casas, en especial en el centro de la ciudad, que fue descripto como "una zona de guerra" y donde se derrumbaron fachadas de edificios y de viviendas y numerosos vehículos quedaron destruidos bajo los escombros, por lo que quedó cerrada al público.
En la ciudad se dispuso el estado de emergencia al menos hasta el lunes y las autoridades impusieron el toque de queda entre las 19 y las 7 del domingo, bajo pena de arresto. El sismo provocó daños de infraestructura clave, como agua, electricidad y gas, mientras el aeropuerto internacional permaneció cerrado hasta el mediodía, provocando retrasos en 11 vuelos internacionales y 77 domésticos.
La policía informó que se reportaron episodios de saqueo y que hubo arrestos.
Tras el sismo, se prevé que mañana se registre una tormenta con ráfagas de hasta 130 kilómetros por ahora que podría agravar la situación.
Durante los sismos, un hombre murió a raíz de un infarto y otras personas sufrieron heridas, entre ellas dos de gravedad, consignó la agencia ANSA.
Christchurch es una ciudad de Nueva Zelanda, ubicada aproximadamente a 300 kilómetros al sur de la capital, Wellington, en la costa este de la Isla Sur, en la provincia de Canterbury. Numerosas personas abandonaron sus casas, en especial en el centro de la ciudad, que fue descripto como "una zona de guerra" y donde se derrumbaron fachadas de edificios y de viviendas y numerosos vehículos quedaron destruidos bajo los escombros, por lo que quedó cerrada al público.
En la ciudad se dispuso el estado de emergencia al menos hasta el lunes y las autoridades impusieron el toque de queda entre las 19 y las 7 del domingo, bajo pena de arresto. El sismo provocó daños de infraestructura clave, como agua, electricidad y gas, mientras el aeropuerto internacional permaneció cerrado hasta el mediodía, provocando retrasos en 11 vuelos internacionales y 77 domésticos.
La policía informó que se reportaron episodios de saqueo y que hubo arrestos.
Tras el sismo, se prevé que mañana se registre una tormenta con ráfagas de hasta 130 kilómetros por ahora que podría agravar la situación.