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Discurso y contenido

La oferta de Carlos Soria a la Unter para que conduzca Educación es una audaz partida política, aunque se impone el interrogante por el resultado pedagógico. El interés general puede quedar peligrosamente reducido a una visión sectorial.

El intento del gobernador electo se centra en desarticular cualquier conflicto con el gremio.

No hay garantías de que eso ocurra por la fragmentación de la Unter. Marcelo Mango, el secretario general, recibió el ofrecimiento ministerial pero Soria lo confinó a que se acuerde internamente. Aquél trabaja para aceptar, pero persiste la contrariedad por el rechazo de la agrupación liderada por Marcelo Nervi, su antecesor. Evalúan opciones, todas todavía lejanas para conciliar.

Hay un obstáculo: no hay diálogo entre Mango y Nervi. Sus sectores se fuerzan por sostener insignificantes contactos. Ambos llegan al Frente para el Cambio con orígenes disímiles. Mango proviene del Frente Grande de Alberto Weretilneck y Nervi es un histórico justicialista.

La política nunca dice nunca. Sin embargo, no se vuelve fácilmente de pujas teñidas de desconfianza y recelo. Estado que se acentúo después de que el candidato de Mango perdiera ante el de Nervi en la elección del vocal gremial.

Otras verdades. Soria fundó la inclusión de la Unter con el "modelo cordobés", en referencia a que el gobernador Juan Schiaretti incorporó en el 2007 en el mando de Educación a Walter Grahovac, con una década en la conducción de su gremio. Eso le garantizó –como quiere el rionegrino– una etapa de paz. Pero hay marcadas distinciones. El sindicato cordobés (UEPC) expresaba una dirección clara, mientras que la presente Unter muestra un poder embarullado. Tienen perfiles opuestos. Uno, más conciliador, está en la CGT. El patagónico es un crítico histórico, alineado a la CTA.

Igualmente, hay claras intenciones sindicales para participar del gobierno. Basta esperar igual esmero por la faz pedagógica puesto que Soria celebró algunas reformas logradas por Educación, hoy conducida por Norma Nakandakare, válida y apreciada técnica.

El oficialismo por venir quiere apartarse del sistema creado por el radicalismo. Se terminaron las quintas, repiten. Costará mucho repetir aquel mecanismo en decadencia pero, también, es cierto que se vislumbran asignaciones. Más allá de Educación, Weretilneck asumió el análisis y el esbozo de acciones energéticas, que alcanza el área petrolera. Tiene más conocimiento y relación con ese mundo. Soria anotició de esa labor a Guillermo Pereyra, el mandamás del poderoso gremio petrolero.

Esta delegación hay que consignarla porque, hasta ahora, es la única importante que Soria otorgó. Para el resto, poder vertical. Pronosticó la centralización de las obras, en perjuicio de los actuales manejos que tiene Educación. Consolida un núcleo duro con hombres de su mayor confianza. Sobran entonces funciones para el controlador roquense Juan Huentelaf, pero el Ipross no será su destino directo. Esa misión recaerá seguramente en el contador Pablo Zgaib. Huentelaf asumiría la presidencia de la aseguradora Horizonte, como insignia de una revisión de las empresas públicas.

El discurso es una cosa y el contenido, otra. Soria se explaya en ideas, pero falta plan técnico. Tiene aún plazos para su diseño. Sí, hay decisión y posición frente a cada problema. Otro examen exigirán sus resultados y sus formas. El poder de resolución es el primer contraste con las gestiones de Miguel Saiz.

Ya delineó dos pensamientos, que redundarán en fuertes debates. Se trata de la exploración, con menos limitaciones, de la actividad minera y de la suba de los haberes a los funcionarios.

Para Saiz, la promoción minera quedó confinada, casi descartada, cuando impulsó la ley contra el cianuro y el precio fue bien alto con la receta elegida para mejorar las remuneraciones políticas. Este déficit salarial fue considerado en el 2004 pero flaqueó frente al costo público que esa postura exigía, comenzó con un tibio método para hundirse luego en los sobresueldos, con el conocido manejo discrecional de los recursos.

No hay Estado sólido ni serio con funciones jerárquicas con salarios bajos. Los ministros cobran 12.000 pesos, con los sobresueldos, que ya repiten sin ocultar. Soria habla de equipararlos, por ley, con el resto de los otros Poderes, estimando un haber ministerial de "unos 30.000 pesos".¿Exagerado? ¿Qué impacto tendrá? ¿Cómo y dónde se limitará en los subalternos? ¿Exigirá un blanqueo ajeno, como en los MIG de la Justicia y los "gastos reservados" de la Legislatura? Son conclusiones pendientes a la espera de un mejor análisis técnico y político. Lo real: la firme decisión de imponer esta discusión, maquillada por una sociedad falaz, que impugna mayores haberes para mejores funcionarios. Queda un desafío superior: desmembrar los extraños mecanismos de financiamiento del Estado.

Esta jerarquización impactará en el debate con los gremios. Hay otros bosquejos laborales: el retiro de agentes en condiciones de jubilarse. No hay muchos datos, pero estiman un millar de estatales con edad previsional. Será otro plan que requerirá de contención gremial o, por lo menos, eso se buscará. Por eso, hay vínculos nacientes con UPCN. Soria ya habría hablado con el titular nacional, Andrés Rodríguez, y Hugo Lastra –futuro secretario general– se habría contactado con Juan Carlos Scalesi.

Será de utilidad toda referencia nacional. El jefe del gremio mercantil Juan Cavalieri alineó al díscolo barilochense Walter Cortés, quien afloró con un apoyo a la candidatura de Silvina García Larraburu. Se prepara para el nuevo poder a partir de ese testimonio para la elección presidencial de hoy en Río Negro, que además elegirá a tres diputados y 10 intendentes. Sólo restan los comicios locales de San Antonio, el 18 de diciembre.

El Frente continúa con su armado, que convive con el desacople y la mutación foránea. El STJ se desvive en cubrir cargos. Son necesarios para el servicio judicial, pero esta sorpresiva celeridad –algunas vacantes llevan dos años– sólo responde al apuro de quienes perderán atribuciones. Así, el presidente del STJ, Alberto Balladini, milita en ese objetivo mientras anuncia su renuncia entre noviembre y enero. Intenta promesas de la nueva gestión para que su dimisión no tenga trabas y afecte su rápida jubilación del 82%. Para eso habrá que ver qué trato asumirá el próximo Consejo de la Magistratura, que encabezará Soria y quien parece poco proclive a favorecer esa retirada. Al analizar tiempos es bueno recordar que el reemplazo de Luis Lutz tiene un viejo peregrinaje. Ese alejamiento fue formalizado en diciembre aunque Saiz recién convocó al Consejo para su evaluación a fines de julio, siete meses después.

Hoy, hay múltiples premuras. Las empresas públicas reclaman transferencias para sus gastos de funcionamiento. Reclamos similares agolpan a los prestadores y los constructores. Hay escasez de recursos y los funcionarios están ausentes, sus mayores apariciones se guían por requerimientos judiciales. Así, es difícil imaginar una transición previsible hacia otro ciclo político.