Discriminación e hipocresía
*Por Ricardo Kirschbaum. Después del destrato del canciller Timerman en México a los enviados de La Nación y Clarín , ayer se impidió la entrada de periodistas a un acto de las Madres de Plaza de Mayo con el ministro de Economía, Amado Boudou.
El ministro de Relaciones Exteriores excluyó expresamente a Natasha Niebieskikwiat (Clarín) y a Mariano Obarrio (La Nación) de una charla sobre la visita de la Presidenta, pero aceptó dialogar con los periodistas de Radio Nacional y Página/12 . Pocos días después, los cronistas de La Nación, Radio Mitre, DyN, TN, Editorial Perfil, Canal 26 y Clarín no pudieron cubrir la charla de Boudou en el Espacio para la Memoria , que funciona en los edificios de la ex ESMA, uno de los campos de concentración de detenidos/desaparecidos que funcionó durante la dictadura militar.
No es la primera vez que se adoptan este tipo de actitudes respecto del periodismo. La razón, al menos en este último caso, es la publicación de informaciones sobre la desvinculación de Sergio Schoklender de una fundación de las Madres de Plaza de Mayo, que encabeza Hebe de Bonafini.
La Fundación recibe subsidios del gobierno nacional y del porteño. Schoklender era el apoderado y con su amigo y socio en empresas, Eduardo González Fernández, manejaban un programa de construcción de viviendas en el interior a traves de convenios con las provincias.
En Chaco, por ejemplo, hubo conflictos y denuncias muy serias sobre sobreprecios y violaciones de la ley laboral.
Los medios, entre ellos Clarín, han publicado la desvinculación de Schoklender y recordaron la denuncia por lavado de dinero que formuló hace casi un año la Coalición Cívica.
Posteriormente, el ex apoderado hizo declaraciones a Clarín, diciendo que la causa de su alejamiento era la incompatibilidad entre su proyecto y el de las Madres.
Los periodistas son hostigados por cumplir con su tarea. La discriminación no se compadece con la vigencia de la libertad de informar que, con hipocresía, el Gobierno dice garantizar.