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Diez años de necesidad y urgencia

Por Julian Obiglio* Una vez más, como viene ocurriendo sistemáticamente desde hace unos años, el Gobierno Nacional nos hace saber que durante su renovada gestión pretende seguir haciendo pié en tres pilares de concentración de poder: la emergencia económica, los superpoderes y las facultades delegadas.

Es necesario alertar acerca de los riesgos que acarrea dilatar en el tiempo el estado de emergencia y la utilización de herramientas a las que sólo se debería recurrir en casos excepcionales. La emergencia económica fue dictada en medio de la mayor crisis política y social de nuestra historia contemporánea ; luego de 2001. En ese momento nadie podía poner en duda que se trataba de una medida necesaria, pero temporal.

A nadie escapa tampoco que emergencia es sinónimo de peligro. Sorprende entonces que diez años después de la debacle, la Presidenta siga considerando que el país a su cargo es peligroso, y que posee una economía poco segura . El estado de riesgo permanente crea incertidumbre a la hora de invertir y dinamita cualquier posibilidad de prever riesgos y adelantar soluciones.

La otra cara del estado de emergencia permanente, es todavía peor: la delegación de facultades por parte del Poder Legislativo en el Ejecutivo es más que una intromisión incómoda ; estamos diciendo que en nuestro país no importa demasiado como están divididas las tareas de los poderes del Estado, que las cosas se pueden modificar a gusto y necesidad del oficialismo de turno.

Después de ocho años de Kirchnerismo es una utopía pensar que exista alguna intención de fortalecer la autoridad del Congreso de la Nación. Es evidente que la Presidenta considera que el Poder Legislativo no merece gozar de las competencias y funciones que le han sido atribuidas por la Constitución Nacional.

Más allá de que al Gobierno le moleste admitirlo, el correcto funcionamiento de las instituciones del Estado y el respeto de la seguridad jurídica, es lo que hacen previsible a un país.

Esa es la única forma de fomentar inversiones estables que generen trabajo para los argentinos.