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Dieciséis años y seis meses después

*PorJulio Blanck. Cuando hoy se dicte sentencia en el caso de tráfico de armas que involucra a Carlos Menem, estaremos ante un hecho sin antecedentes en nuestra historia: un ex presidente sometido a la decisión de los jueces en un caso de corrupción.

Habrán pasado, también, dieciséis años y seis meses desde que el escandaloso episodio fuera denunciado. Un tiempo prudencial, sin duda.

En ese trayecto Menem sufrió algunos meses de cárcel durante 2001, cuando gobernaba Fernando De la Rúa. La Corte Suprema de entonces -designada en gran parte por el menemismo- terminó aliviándole la carga. Además de liberarlo, cambió la carátula del caso dejándolo en una posición más protegida, como explica Daniel Santoro (Ver: Armas: anuncian hoy si Menem es culpable, en un fallo histórico). Santoro es el periodista de Clarín que obtuvo el premio Rey de España por su investigación sobre este caso.

Los hechos muestran que el gobierno de Menem, a comienzos de 1995, le vendió armas a Ecuador, que libraba con Perú una guerra por cuestiones limítrofes. La Argentina, al propiciar el negocio de algunos influyentes, traicionó su obligada neutralidad en un conflicto en el que era país mediador.

Las investigaciones periodísticas y judiciales determinaron además que la Argentina había cometido años antes y también bajo el gobierno de Menem, trapisondas similares al contrabandear armas a Croacia, sumergida en una guerra civil cruel como pocas.

Hoy habrá dieciocho sentencias por estos casos, pero el foco estará puesto en la de Menem, convertido en aliado del mismo kirchnerismo que antes lo había demonizado, en aplicación estricta del utilitarismo político.

La sentencia mostrará, además de las razones jurídicas estrictas, cuánto de espeso puede resultar el abrigo del poder.

Mucho antes de este lodazal José Hernández había escrito en el " Martín Fierro", a propósito de la justicia y los poderosos: "La ley es tela de araña / en mi ignorancia lo explico / no le tema el hombre rico / nunca la tema el que mande / pues la rompe el bicho grande / y sólo enreda a los chicos".