Detuvieron al mayordomo del Papa
La Gendarmería arrestó a Paolo Gabriele en el Vaticano con documentos confidenciales en su poder. El hombre está acusado de filtrar documentos a medios de prensa italianos.
El mayordomo del papa Benedicto XVI fue arrestado hoy en relación a una investigación de filtraciones en la prensa italiana de documentos confidenciales de la Iglesia Católica que sugieren luchas por el poder y acusaciones de corrupción que afectan a altos cardenales.
Desde comienzo de este año, el Vaticano se encuentra en el centro del llamado escándalo "Vatileaks", en alusión a Wikileaks, relacionado con la filtración de documentos a medios de prensa italianos, algunos de ellos cartas personales de Joseph Ratzinger.
Algunos documentos están vinculados con acusaciones de corrupción, malversación de fondos, además de un desacuerdo interno por la gestión del Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como Banco del Vaticano, cuyo presidente, Ettore Gotti Tedeschi, fue cesado de su cargo por irregularidades.
Otros revelaron la existencia de una extraña conjura para matar al Papa, lo que evidencia las luchas de poder entre distintos sectores de la curia ante la posible inminencia del fin del papado, según analistas.
De hecho, el Observatorio Romano llegó a describir a Benedicto XVI, un hombre de 85 años, solo y enfermo, como "un pastor rodeado por lobos".
Benedicto XVI dijo estar conmocionado y triste por las filtraciones y ordenó varias investigaciones, incluida una dirigida por la policía vaticana y otra por una comisión de cardenales que, según se acaba de saber, logró cazar al presunto culpable: nada más y nada menos que el mayordomo del Papa.
El padre de Federico Lombardi, portavoz de Benedicto XVI, confirmó que la Gendarmería detuvo y sometió a interrogatorio a un laico en posesión de documentos privados del Vaticano, aunque no confirmó oficialmente su identidad ni su cargo, informó la agencia de noticias Europa Press.
Pero la agencia de noticias estatal italiana, Ansa, y otros medios locales dan por hecho de que se trata de Paolo Gabriel, quien en el Anuario Pontificio figura como "ayudante de cámara" del Papa.
Gabriele, de 46 años, posee la ciudadanía vaticana y vive con su familia en uno de los edificios residenciales que se encuentran dentro de las fronteras del micro Estado enclavado dentro de la capital italiana.
La noticia conmociona a Italia, según medios locales, debido a que los asuntos del Vaticano se siguen con especial interés y las filtraciones habían acaparado programas de televisión, exclusivas de periódicos y hasta libros de éxito inmediato como el publicado hace sólo unos días por el periodista Gianluigi Nuzzi.
La divulgación del libro, titulado Las cartas secretas de Benedicto XVI, fue calificado por la Santa Sede como un "acto criminal".
Además de los documentos que señalaban conflictos internos en el Banco Vaticano, también se divulgaron cartas escritas por un arzobispo que fue trasladado a Washington después de denunciar una red de corrupción, un informe que manchó la imagen de varios cardenales.
En enero pasado, una investigación de la televisión italiana mostró cartas privadas al Secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone, y a Benedicto XVI enviadas por el arzobispo Carlo María Vigano, el ex vicegobernador de la Ciudad del Vaticano y actual embajador de la Santa Sede en Washington.
Las cartas mostraron que Vigano fue transferido tras denunciar lo que dijo que era una red de corrupción y nepotismo vinculado a la concesión de contratos a empresas italianas con precios inflados.
En una carta, Vigano escribió sobre una campaña de desprestigio en su contra por parte de otros funcionarios del Vaticano que estaban molestos porque había tomado medidas drásticas para aclarar los procedimientos de compra.
Asimismo, pidió permanecer en el cargo para terminar lo que había comenzado. Pero Bertone decidió sacar Vigani de su puesto tres años antes del fin de su mandato y los envió a Estados Unidos.
Desde comienzo de este año, el Vaticano se encuentra en el centro del llamado escándalo "Vatileaks", en alusión a Wikileaks, relacionado con la filtración de documentos a medios de prensa italianos, algunos de ellos cartas personales de Joseph Ratzinger.
Algunos documentos están vinculados con acusaciones de corrupción, malversación de fondos, además de un desacuerdo interno por la gestión del Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como Banco del Vaticano, cuyo presidente, Ettore Gotti Tedeschi, fue cesado de su cargo por irregularidades.
Otros revelaron la existencia de una extraña conjura para matar al Papa, lo que evidencia las luchas de poder entre distintos sectores de la curia ante la posible inminencia del fin del papado, según analistas.
De hecho, el Observatorio Romano llegó a describir a Benedicto XVI, un hombre de 85 años, solo y enfermo, como "un pastor rodeado por lobos".
Benedicto XVI dijo estar conmocionado y triste por las filtraciones y ordenó varias investigaciones, incluida una dirigida por la policía vaticana y otra por una comisión de cardenales que, según se acaba de saber, logró cazar al presunto culpable: nada más y nada menos que el mayordomo del Papa.
El padre de Federico Lombardi, portavoz de Benedicto XVI, confirmó que la Gendarmería detuvo y sometió a interrogatorio a un laico en posesión de documentos privados del Vaticano, aunque no confirmó oficialmente su identidad ni su cargo, informó la agencia de noticias Europa Press.
Pero la agencia de noticias estatal italiana, Ansa, y otros medios locales dan por hecho de que se trata de Paolo Gabriel, quien en el Anuario Pontificio figura como "ayudante de cámara" del Papa.
Gabriele, de 46 años, posee la ciudadanía vaticana y vive con su familia en uno de los edificios residenciales que se encuentran dentro de las fronteras del micro Estado enclavado dentro de la capital italiana.
La noticia conmociona a Italia, según medios locales, debido a que los asuntos del Vaticano se siguen con especial interés y las filtraciones habían acaparado programas de televisión, exclusivas de periódicos y hasta libros de éxito inmediato como el publicado hace sólo unos días por el periodista Gianluigi Nuzzi.
La divulgación del libro, titulado Las cartas secretas de Benedicto XVI, fue calificado por la Santa Sede como un "acto criminal".
Además de los documentos que señalaban conflictos internos en el Banco Vaticano, también se divulgaron cartas escritas por un arzobispo que fue trasladado a Washington después de denunciar una red de corrupción, un informe que manchó la imagen de varios cardenales.
En enero pasado, una investigación de la televisión italiana mostró cartas privadas al Secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone, y a Benedicto XVI enviadas por el arzobispo Carlo María Vigano, el ex vicegobernador de la Ciudad del Vaticano y actual embajador de la Santa Sede en Washington.
Las cartas mostraron que Vigano fue transferido tras denunciar lo que dijo que era una red de corrupción y nepotismo vinculado a la concesión de contratos a empresas italianas con precios inflados.
En una carta, Vigano escribió sobre una campaña de desprestigio en su contra por parte de otros funcionarios del Vaticano que estaban molestos porque había tomado medidas drásticas para aclarar los procedimientos de compra.
Asimismo, pidió permanecer en el cargo para terminar lo que había comenzado. Pero Bertone decidió sacar Vigani de su puesto tres años antes del fin de su mandato y los envió a Estados Unidos.