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Detener el retroceso de la escuela pública

*Por Alieto Aldo Guadagni. Es sabido que Argentina sufre un proceso de declinación de la calidad de la educación. Pero lo que es poco conocido es la aparición de un hecho nuevo: la declinación de la matrícula en la enseñanza primaria estatal . Desde la sanción de la ley 1420, en 1884, hasta el año 2002 siempre se incrementó esta matricula. Pero esta tendencia se revierte por vez primera en 2003.

La matricula total estatal desciende un 7% a partir del 2003, a pesar que la población aumentó.
Ese año, la matricula privada aumentó un 18%.

En esta declinación de la matricula estatal es importante el comportamiento de las familias al inicio del primer grado, ya que ingresan en la escuela estatal en el año 2009 casi 80.000 alumnos menos que en el 2002, mientras que las escuelas privadas incrementan su matrícula inicial en más de 35.000 niños. En 2002, uno de cada cinco niños ingresaban al primer grado de la escuela privada, en el año 2009 esta proporción se ubica en uno cada cuatro. Esta es la respuesta de las familias, muchas de ellas humildes, que abandonan las escuelas donde no se cumplen los 180 días de clase.

Durante 2010 habría tenido lugar un repunte en la matricula estatal, motivada por la Asignación Universal por hijo. Esperemos las cifras oficiales para tener una cuantificación de este repunte. Lo que no luce como recomendable es lograr el retorno de los niños a la escuela pública mediante el arbitrio de negarle este subsidio a las familias que envían sus hijos a escuelas comunitarias o parroquiales de barrios humildes, incluso gratuitas o con cuotas muy reducidas.

La escuela pública debe fortalecer su presencia gracias a la mejora de la calidad de su enseñanza. Hay que comenzar por cumplir la ley 26.075, que establece que en 2010 por lo menos el 30% de las escuelas públicas "debía tener jornada extendida ". Apenas 198.300 alumnos primarios estatales acuden a escuelas con jornada extendida sobre un total de más de 3,5 millones. Cumplir la ley exigiría incorporar sin demoras 860.000 niños más a este régimen que permitiría una mejor educación. Este sería un paso efectivo para avanzar en la igualdad de oportunidades y la inclusión social. Lo preocupante es que hay 12 provincias que incluso han reducido la cantidad de alumnos beneficiados con este régimen; este grupo está encabezado por Santa Cruz, que -sobre un total de 28.488 alumnos primarios estatales- tiene apenas 7 (no 7%) beneficiados por la jornada extendida.

El próximo gobierno tendrá que enfrentar un gran desafío: mejorar sin demoras la escuela pública para avanzar en serio por el sendero de la igualdad de oportunidades. Esto tendrá un costo financiero; no será gratis el cumplimiento de la meta legal de la jornada extendida por lo menos en las escuelas donde acuden los niños más pobres . Pero no es una meta inalcanzable, ¿o acaso Chile, que ya universalizó las doble escolaridad en todas sus escuelas primarias, tiene muchos más recursos que Argentina? Es imperioso detener este proceso de retroceso de la escuela pública, que se motoriza no tanto por la atracción de la enseñanza privada, sino por el debilitamiento del sistema estatal.

Pero será necesario un amplio acuerdo político que asegure que estas metas concretas para mejorar la educación tendrán prioridad presupuestaria.