Detectaron en Israel 20 casos de una subvariante de la cepa Ómicron del coronavirus
El Ministerio de Salud de ese país afirmó que todavía “no hay evidencia” si tiene un comportamiento diferente. Están realizando estudios de contagiosidad y mortalidad.
A medida que millones de personas se contagian de coronavirus todos los días en el mundo (solo ayer se detectaron 3,2 millones nuevos casos positivos), hay más probabilidad, según los expertos, de que ocurran mutaciones.
Y cuando esto ocurre, con mayor probabilidad en personas no vacunadas, pueden surgir nuevas variantes del SARS-CoV-2, que pueden ser más benignas, más contagiosas o más mortales.
Ayer, el Ministerio de Salud de Israel, anunció el descubrimiento de varios casos de infectados con una subvariante de la cepa Ómicron. Según la emisora pública Kan, se han contabilizado al menos 20 casos de este tipo en el país.
Se trata de BA2 que ya se ha identificado en varios países y lleva mutaciones adicionales más allá de las que posee Ómicron, confirmaron científicos israelíes, que actualmente no saben si la nueva subvariante es más peligrosa que Ómicron.
“En este punto, no hay evidencia que indique que se comporta de manera diferente a Ómicron. El Ministerio de Salud actualizará al público sobre cualquier desarrollo relevante”, dijo el ministerio en su último comunicado.
La subvariante, conocida como BA2, se descubrió durante la secuenciación genética de muestras de pacientes con COVID. BA2 se vio por primera vez en China hace unas semanas y se sospecha que se originó en India. También se ha observado en Dinamarca, Australia, Canadá y Singapur, informó Kan. Los científicos citados en el informe de KAN dijeron que estaban preocupados por este nuevo desarrollo del virus.
En el coronavirus que causa la enfermedad COVID-19, hay una cadena de 30.000 letras que representan propiedades químicas y que conforman su genoma. Para replicarse, el coronavirus se une al exterior de una célula humana y luego entra en ella: secuestra la maquinaria celular y la dirige para que haga copias del virus.
Cuando una célula infectada produce nuevos coronavirus, ocasionalmente comete pequeños errores de copia que se llaman “mutaciones”. Cuando los científicos observan que hay mutaciones distintivas que aumentan su frecuencia se habla de “variante”, como ocurre ahora con Ómicron. A medida que pasa el tiempo y con más contagios y en la medida que haya poblaciones que aún no están vacunadas, se está favoreciendo a que haya más mutaciones del virus.
“Siempre se ha esperado la aparición de una variante nueva y potencialmente perturbadora cuando el virus permanece sin control en millones de personas. Seguirá mutando y por eso debemos permanecer vigilantes y ágiles en nuestras respuestas. Esta variante surgió casi con toda seguridad en un individuo inmunodeprimido que no pudo eliminar la infección original. Lo más probable es que se trate de un paciente con VIH no vacunado en Sudáfrica, donde el virus puede replicarse y evolucionar”, afirmó el profesor Jeremy Nicholson, del Centro Director e Instituto Futuros de la Salud de la Universidad Murdoch de Australia.
Para Deborah Cromer, jefa del grupo de epidemiología de la infección del Instituto Kirby de Australia, “la aparición de una nueva variante, aunque inquietante, no es ni mucho menos inesperada. “Los virus mutan constantemente y adoptan nuevas formas, y el nivel de inmunidad existente contra una nueva variante es clave para determinar el impacto que tendrá. Los científicos tendrán que utilizar rápidamente los métodos de laboratorio establecidos para determinar el grado de inmunidad de las personas vacunadas”, precisó.
Durante los últimos 10 días, Israel ha alcanzado continuamente un nuevo récord de portadores de virus, aumentando de 12.000 por día a 48.000, y los expertos creen que es probable que el número real de infectados sea mucho mayor.
Durante la semana pasada, el virus dejó al país con 259.223 pacientes positivos, 228 044 de los cuales fueron diagnosticados en los últimos siete días, una tasa tres veces mayor que la semana anterior. El alboroto ha dejado a 188.899 israelíes en cuarentena debido a la exposición a una persona infectada, según mostraron el jueves cifras del ministerio.
El número de enfermos graves de COVID-19 se ha elevado. De los 882 pacientes hospitalizados en Israel con COVID-19, 89 se consideran críticos y 72 están conectados a ventiladores.
De las 402.979 pruebas de virus realizadas el miércoles, el 11,99 por ciento, o 48.311, confirmaron la infección, según mostraron los datos más recientes, en una continuación de la alta tasa positiva observada durante la semana pasada. El número de pruebas estuvo cerca del más alto jamás registrado en un solo día, que se registró en agosto del año pasado, pero en ese momento la tasa positiva era solo de alrededor del 6%.
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