Desvelarse a la noche hace bien
Creíamos que lo correcto era dormir largo y tendido, pero no. La ciencia y historia confirman que ocho horas de sueño puden ser antinaturales.
Aunque no todos tenemos el placer o fortuna de poder cerrar los ojos y descansar 8 horas seguidas sin interrupción, el mito de que esta cantidad es beneficiosa para la salud, se escucha y se cree, hace cientos de años.
Sin embargo no es así. Según un estudio de 16 años del investigador Roger Ekirch del Virginia Tech, en la antiguedad las personas no dormían un periodo seguido sino que lo hacían en dos tramos de tiempo diferentes.
Primero se identifica un periodo de primer sueño que empieza unas dos horas después del anochecer, seguido por un periodo de una o dos horas de vigilia y luego un segundo sueño.
Según el psiquiatra Thomas Wehr, cada 60-100 minutos pasamos por un ciclo de 4 etapas del sueño: primero, un estado de relajación entre el sueño y la vigilia donde la respiración se hace más lenta, los músculos se relajan y la frecuencia cardíaca disminuye. Luego hay una segunda etapa donde el sueño es un poco más profundo y podemos sentirnos despiertos estando dormidos sin saberlo. Finalmente en la etapa 3 y 4 se da el sueño profundo del cual es muy difícil despertarse. Este es el momento en que el cuerpo tiene su actividad más baja.
Luego del sueño profundo, volvemos a la etapa 2 durante unos minutos y luego entramos en el conocido como sueño de los sueños donde es cuando más se sueña.
Esto desmentiría la idea de que tener insomnio o despertarse durante la noche es algo negativo.
En la antieguedad, ese periodo de vigilia entre los dos sueños era muy recomendado por los profesionales de la salud, incluso paras que las parejas interesadas en tener hijos, tuvieran relaciones.
Esta costumbre comenzó a desaparecer a finales del siglo XVII a partir del inicio de las clases altas de Europa del norte, debido a las mejoras en el alumbrado público, la llegada de la electricidad a las casas y la proliferación de salones de café, que en ocasiones estaban abiertos toda la noche.
Sin embargo no es así. Según un estudio de 16 años del investigador Roger Ekirch del Virginia Tech, en la antiguedad las personas no dormían un periodo seguido sino que lo hacían en dos tramos de tiempo diferentes.
Primero se identifica un periodo de primer sueño que empieza unas dos horas después del anochecer, seguido por un periodo de una o dos horas de vigilia y luego un segundo sueño.
Según el psiquiatra Thomas Wehr, cada 60-100 minutos pasamos por un ciclo de 4 etapas del sueño: primero, un estado de relajación entre el sueño y la vigilia donde la respiración se hace más lenta, los músculos se relajan y la frecuencia cardíaca disminuye. Luego hay una segunda etapa donde el sueño es un poco más profundo y podemos sentirnos despiertos estando dormidos sin saberlo. Finalmente en la etapa 3 y 4 se da el sueño profundo del cual es muy difícil despertarse. Este es el momento en que el cuerpo tiene su actividad más baja.
Luego del sueño profundo, volvemos a la etapa 2 durante unos minutos y luego entramos en el conocido como sueño de los sueños donde es cuando más se sueña.
Esto desmentiría la idea de que tener insomnio o despertarse durante la noche es algo negativo.
En la antieguedad, ese periodo de vigilia entre los dos sueños era muy recomendado por los profesionales de la salud, incluso paras que las parejas interesadas en tener hijos, tuvieran relaciones.
Esta costumbre comenzó a desaparecer a finales del siglo XVII a partir del inicio de las clases altas de Europa del norte, debido a las mejoras en el alumbrado público, la llegada de la electricidad a las casas y la proliferación de salones de café, que en ocasiones estaban abiertos toda la noche.