Después de denunciar a los narcos, les ametrallaron la casa y les enviaron el video
Las víctimas son vecinos de Ingeniero Budge, que fueron a la comisaría a pedir que corrieran a los vendedores de drogas de una esquina.
Un grupo de vecinos de Ingeniero Budge, a cinco cuadras de La Salada, fueron a la comisaría a pedir que sacasen a los vendedores de drogas de la esquina. En respuesta, a los pocos días les dispararon contra los frentes de las propiedades y autos. La filmación del ataque comenzó a circular por Whatsapp y fue grabada por los mismos delincuentes.
Todo empezó en marzo, después de que removieran a las autoridades de la comisaría 10ª de Lomas de Zamora, con jurisdicción en la zona. Los vecinos se reunieron con el nuevo jefe policial y denunciaron la venta de droga en una esquina de Budge. Después de ese reclamo pusieron un patrullero para evitar que los "soldaditos" se instalaran allí.
"Se pelean todo el tiempo por quién vende, por disputas territoriales, y esas cosas. Entonces la gente se empezó a asustar mucho porque la situación estaba descontrolada", contaron a Clarín en el barrio. Los dealer solían reunirse en Saladillo y las vías del ferrocarril, cerca de la Estación Ingeniero Budge, del ramal Aldo Bonzi del Belgrano Sur. Con su reclamo lograron que se movieran, aunque no hubo detenciones ni desbarataron la banda.
Al principio, los vecinos pensaron que su reclamo había funcionado: los dealers que solían parar junto a una altar, sobre el terraplén de la vía, ya no estaban. "Son soldaditos, en su mayoría venden paco, sabemos que el negocio lo hacen otros pero nadie hace nada para detenerlos. Además de las peleas entre ellos, el problema es que los que vienen a comprar roban en los alrededores para poder consumir más", cuentan en el barrio.
Hasta el 5 de mayo creyeron que la organización vecinal había servido, pero en redes sociales, grupos de WhatsApp y entre gente del barrio, hicieron circular la filmación del ataque. Creen que los transas decidieron difundirlo para dejar claro que no fue un tiroteo más, sino una amenaza ante quien se atreviera a denunciarlos.
Según confirmaron a Clarín, los que al principio se habían involucrado en el reclamo se asustaron al ver el video y la amenaza directa. Tienen miedo, dejaron de atender el teléfono y buscan la manera de irse del barrio. La víctima ni siquiera quiso hacer la denuncia por la agresión y la Policía dejó de aparecer en la zona, aunque otros los alertaron de lo ocurrido.