¡Despierta Argentina! No se puede seguir retrocediendo
La gran mayoría de los países/sociedades tienen un acuerdo económico-social implícito de distribución de la riqueza, que se manifiesta a través de la estabilidad de los precios.
¡Despierta Argentina! No puedes seguir viviendo así, de esta manera, retrocediendo a través de los largos años. Recuerda, a modo de ejemplo, que en 1995, un peso equivalía a un dólar, mientras que hoy se requieren más de cien pesos para comprar un dólar. ¡Has perdido más del 99% del valor de tu moneda! Te estás quedando sin moneda. Vives con una inflación estructural desde hace décadas, has castigado continuamente el ahorro nacional. No has logrado crecer lo necesario y has aumentado en millones el número de pobres.
La gran mayoría de los países/sociedades tienen un acuerdo económico-social implícito de distribución de la riqueza, que se manifiesta a través de la estabilidad de los precios. Esta situación está apoyada en un manejo relativamente coherente de la emisión de moneda y de las finanzas públicas y del tamaño del Estado. Su nivel de impuestos es aceptado y da espacio al ahorro de las familias, al trabajo digno y a la inversión de las empresas, que a la postre, se convierten en el tan deseado nivel de crecimiento requerido. De esta manera las sociedades progresan, se educan y crecen.
No importa la ideología o el partido político que gobierne, ni siquiera su sistema político, o país del que se trate: ya sea Rusia, China, EE.UU. o Paraguay, todos respetan estas reglas elementales de convivencia y organización: por eso observamos que sencillamente no tienen inflación, ni están al borde del default.
¡Despierta Argentina! Vienes viviendo una inestabilidad estructural básica, sin contrato económico-social aceptado, "sin moneda", desalentando el escasísimo ahorro nacional, con una inflación tan disparatada como destructora, aumentando el número de pobres al compás de la falta de crecimiento e inversión. Tu presión impositiva tampoco es aceptada, ya que la porción de la "economía informal" es desmesurada.
Para peor, estás semi quebrada, al borde del default. ¡Ni siquiera has pagado las deudas en pesos de corto plazo!
Obvio, de esta manera, nadie te cree, y vivimos en una crisis de confianza, que se prolonga sin solución de continuidad.
Necesitas un cambio básico y contundente, que solo podrías lograr si fueras honesta contigo misma. Tendrías que apelar al sentido común, práctico, totalmente convencida, en todo tu ser, sin dudas. Obvio, requiere disciplina, respetar principios básicos y no dejarte llevar ni por lo inmediato ni por lo fácil.
Si deseas te doy mis recomendaciones:
Durante el Covid-19, con emergencia sanitaria y económica (alimentaria), no tienes otra salida que emitir de más, ya que no te prestan. Debido al cese de actividad económica, la transmisión emisión-inflación ha disminuido significativamente. Pero luego, con la normalización de la actividad, deberás neutralizar el exceso de emisión.
Sin duda, debes llegar a un acuerdo con los acreedores del exterior. La diferencia en disputa, prorrateada en más de 10 años, no atenta para nada con la "consistencia de la deuda". Si no lo haces, exacerbarás la incertidumbre y la sensación de riesgo, pudiendo aumentar los retiros de depósitos, incrementar las tasas de interés y producir más compras de dólares; además, imposibilitarás tu acceso y el del sector privado al crédito internacional, desaprovecharás la gran liquidez mundial y las bajas históricas de interés.
Recuerda que Chile acaba de colocar un bono al 2,5% de interés. Si haces las cosas bien, tienes todo por delante, de lo contrario, te alejarías del orden internacional, exacerbando la incertidumbre y la desconfianza.
Pero, principalmente, logra un consenso nacional de cambio estructural, de acuerdo a lo dicho al comienzo, cuyo principios sean: a) combatir a cero el "virus inflacionario", b) preservar una moneda nacional fuerte, c) promover el ahorro nacional, d) lograr una distribución de la riqueza estable, que permita el desenvolvimiento de las actividades productivas, que conduzcan a un crecimiento inclusivo, sostenido y vigoroso, única alternativa para salvar de la pobreza a millones de argentinos.
Construye sobre esta base un programa económico consistente y convincente, que claramente tiene que ser ejecutado por un ministro de Economía, y solo uno.
Disipa la percepción del riesgo ideológico-político, que supuestamente podría llevarte en la dirección de Venezuela.
Solo así cambiarás las expectativas para bien, solo así podrás crecer e incluir a tantos, a millones de argentinos hoy tan excluidos.
Despierta Argentina, solo depende de ti.
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