Desde un organismo nacional dicen que se subestima la estadística de homicidios
El Ministerio de Salud advirtió en un boletín oficial que para ocultar los crímenes se registran las muertes bajo el nombre de "causa externa de intención no determinada".
En un documento oficial, el Ministerio de Salud advirtió que los registros de homicidios están alterados.
Frente a críticas por el aumento del delito, el Gobierno dio siempre como respuesta inmediata la comparación internacional de tasas de homicidio para sostener la idea de seguridad real contra sensación colectiva.
Sin embargo, esos datos habrían sido modificados para mostrar una disminución de crímenes.
La forma encontrada para ocultar cifras de muertes fue pasar asesinatos a un casillero estadístico ambiguo y especialmente armado para establecer una zona gris, donde se evaporan los casos y no se suman entonces en el recuento de homicidios.
"Dado que el porcentaje de muertes por causa externa de intención indeterminada es elevado, especialmente en algunas provincias, es de esperar que los datos estén subestimando las reales tasas de homicidios", fue la conclusión del trabajo del Ministerio de Salud de la Nación, publicado en junio pasado en el Boletín de Vigilancia de Enfermedades no Transmisibles y Factores de Riesgo.
La cartera dirigida por el ministro Juan Manzur hizo esa advertencia al analizar el perfil de los homicidios en la Argentina, y marcó así sus dudas sobre las cifras entregadas por la Dirección de Política Criminal, que depende del Ministerio de Justicia
Todo deceso es informado al Estado. El Ministerio de Salud lleva el registro de fallecimientos y los distribuye de acuerdos con las causas, con el fin de obtener parámetros que permitan mejorar la atención sanitaria. Una vez separados los casos de muertes por enfermedades, quedan los factores externos, que a su vez se dividen en accidentales y no accidentales. En este último subgrupo aparecen los homicidios, los suicidios y la intención no determinada.
Esos datos son entregados por la Dirección de Política Criminal, que se alimenta con la información de las fuerzas policiales. En algún punto de la cadena, un homicidio pasa a tratarse como una muerte por agresión de la que no se tienen datos. En consecuencia, sale de la estadística de asesinatos.
En el Ministerio de Justicia no se publican datos de estadísticas criminales desde 2008. Sin embargo, esas cifras son reportadas al Ministerio de Salud para el resumen de decesos anuales. El último año analizado fue 2010. En ese caso los asesinatos en la Argentina fueron 1869. Claro que las muertes por "causa externa de intención indeterminada" sumaron 2807. Las autoridades califican así a los fallecimientos en los que no se cuenta con información sobre si se trató de un suicidio o un homicidio. No hay otra variante en juego.
La sospecha, a partir del escrito del Ministerio de Salud, es que los homicidios reales en la Argentina al menos duplican las cifras oficiales.Se podrá tomar un caso testigo para visualizar la forma en que las cifras pueden estar alteradas.
El porcentaje que corresponde a las muertes violentas y que ahora los funcionarios bautizaron "muerte por causa externa de intención indeterminada" que ocurrieron en la ciudad de Buenos Aires es del 30 por ciento. Es la cifra más alta del país, seguida por la provincia de Buenos Aires donde estas muertes llegan al 22,5% y Santiago del Estero donde alcanzan un 21%.
Frente a críticas por el aumento del delito, el Gobierno dio siempre como respuesta inmediata la comparación internacional de tasas de homicidio para sostener la idea de seguridad real contra sensación colectiva.
Sin embargo, esos datos habrían sido modificados para mostrar una disminución de crímenes.
La forma encontrada para ocultar cifras de muertes fue pasar asesinatos a un casillero estadístico ambiguo y especialmente armado para establecer una zona gris, donde se evaporan los casos y no se suman entonces en el recuento de homicidios.
"Dado que el porcentaje de muertes por causa externa de intención indeterminada es elevado, especialmente en algunas provincias, es de esperar que los datos estén subestimando las reales tasas de homicidios", fue la conclusión del trabajo del Ministerio de Salud de la Nación, publicado en junio pasado en el Boletín de Vigilancia de Enfermedades no Transmisibles y Factores de Riesgo.
La cartera dirigida por el ministro Juan Manzur hizo esa advertencia al analizar el perfil de los homicidios en la Argentina, y marcó así sus dudas sobre las cifras entregadas por la Dirección de Política Criminal, que depende del Ministerio de Justicia
Todo deceso es informado al Estado. El Ministerio de Salud lleva el registro de fallecimientos y los distribuye de acuerdos con las causas, con el fin de obtener parámetros que permitan mejorar la atención sanitaria. Una vez separados los casos de muertes por enfermedades, quedan los factores externos, que a su vez se dividen en accidentales y no accidentales. En este último subgrupo aparecen los homicidios, los suicidios y la intención no determinada.
Esos datos son entregados por la Dirección de Política Criminal, que se alimenta con la información de las fuerzas policiales. En algún punto de la cadena, un homicidio pasa a tratarse como una muerte por agresión de la que no se tienen datos. En consecuencia, sale de la estadística de asesinatos.
En el Ministerio de Justicia no se publican datos de estadísticas criminales desde 2008. Sin embargo, esas cifras son reportadas al Ministerio de Salud para el resumen de decesos anuales. El último año analizado fue 2010. En ese caso los asesinatos en la Argentina fueron 1869. Claro que las muertes por "causa externa de intención indeterminada" sumaron 2807. Las autoridades califican así a los fallecimientos en los que no se cuenta con información sobre si se trató de un suicidio o un homicidio. No hay otra variante en juego.
La sospecha, a partir del escrito del Ministerio de Salud, es que los homicidios reales en la Argentina al menos duplican las cifras oficiales.Se podrá tomar un caso testigo para visualizar la forma en que las cifras pueden estar alteradas.
El porcentaje que corresponde a las muertes violentas y que ahora los funcionarios bautizaron "muerte por causa externa de intención indeterminada" que ocurrieron en la ciudad de Buenos Aires es del 30 por ciento. Es la cifra más alta del país, seguida por la provincia de Buenos Aires donde estas muertes llegan al 22,5% y Santiago del Estero donde alcanzan un 21%.