Desarrollo rural en la Región Sur rionegrina
El abordaje de la temática de la Región Sur requiere de un nuevo modelo de intervención y gestión desde el Estado que posibilite una mayor eficiencia y eficacia en el sistema productivo ganadero fundamentalmente, promoviendo el crecimiento de las actividades relacionadas con ese sector, por ser la región básicamente productora de materias primas (lana, pelo, cuero y carne).
Ese modelo de intervención, conceptualmente, debiera tener por finalidad optimizar la producción y generar más fuentes de trabajo en las actividades laborales relacionadas directa o indirectamente con las tareas rurales.
El hombre se aferra a la tierra o a un lugar a través de su trabajo, el crecimiento de esa tarea demanda mayores servicios en general (infraestructura, transporte, tecnologías, educación, salud, etc.). La tierra, el trabajo y el capital constituyen los factores económicos de la producción. El aumento de tareas dentro de las actividades relacionadas con lo rural potencia el valor de la tierra, como bien individual y social, lo que posibilita el incremento del capital con la adquisición de mayores bienes.
Los temas a trabajar en la Región Sur debieran intervenir directa e indirectamente sobre los tres factores de producción de la actividad ganadera: promover su diversificación y crecimiento con políticas activas e incorporar el conocimiento como otro factor más de producción.
La configuración del espacio de la región responde, fundamentalmente, a la actividad ganadera y plantear el nivel óptimo que debiera alcanzar ésta para generar un proceso de desarrollo rural.
Desde una visión territorial de su desarrollo, los pueblos y parajes de la Región Sur constituyen centros de servicios rurales de distintas jerarquías, pero con iguales funciones: la de atender las áreas rurales y la de concentración y contención de la población a través de sus actividades en general. Por ello, es necesario identificar políticas de Estado para el fortalecimiento de los mismos, por la importante función que cumplen en la organización de este territorio.
El perfil productivo de la región, el nivel de tecnologías aplicadas en la producción, el actual uso de los recursos naturales, las características climáticas rigurosas, la fragilidad ambiental reflejada en los períodos de sequía y el avance de la desertificación, la extensión del territorio, las distancias entre los centros poblados, sumado a los aspectos culturales e idiosincrasia de su gente, definen, en su relación, un modo de vida urbano-rural muy particular o propio.
El crecimiento y desarrollo económicos alcanzados están en relación directa con esa particularidad. Además, los parámetros físicos mencionados actúan en su conjunto estableciendo un determinismo geográfico (el hombre determinado por el medio), fuertemente condicionante de la capacidad de carga poblacional de este territorio, pero no limitante si consideramos la posibilidad de incorporar nuevas tecnologías, más infraestructura y servicios que contribuyan al crecimiento y desarrollo de la economía regional, atendiendo fundamentalmente los aspectos sociales.
De acuerdo con lo expresado, el desarrollo rural en la región está fuertemente condicionado por parámetros físico-geográficos, patrones culturales y nivel de inversiones en todos los órdenes. Para que la comunidad de esa zona pueda tener otras posibilidades y poder intervenir sobre estos aspectos estructurantes a nivel local se debe realizar el siguiente análisis. Desde un punto de vista intrínseco, la disposición, formación, instrucción, preparación o capacidad de la gente del lugar para realizar los cambios en la dirección deseada por la comunidad. Y desde lo extrínseco, las posibilidades locales que se tiene en función de la disponibilidad de infraestructura, servicios y nivel de tecnologías posibles de aplicar, además, la decisión política del Estado de trabajar en ese sentido.
El desarrollo rural requiere de la intervención del Estado en sus tres niveles de gobierno: municipal, provincial y nacional, con una planificación del territorio sobre la base de acuerdos y consensos con la región, entendido como un proceso de cambio en el tiempo, que se da en un espacio físico-social, productivo-económico, poniendo en práctica, en un principio, acciones de promoción y extensión.
El desarrollo rural en la Región Sur requiere de un abordaje integral de los temas referidos a la tenencia de la tierra fiscal, los aspectos socioculturales, productivos, ambientales y económicos.
Es importante destacar el recambio generacional en los últimos años porque trabajan en la región analizando más las alternativas y posibilidades como protagonistas activos de los cambios, y no quedar sujetos a los condicionantes que presenta la misma. Políticas del Estado provincial y nacional posibilitan y acompañan este accionar, pero lo que falta es el abordaje integral de las temáticas.
Los temas mencionados a continuación se consideran centrales de abordar como políticas de Estado, en el marco de un proceso de crecimiento rural.
€ El fortalecimiento en infraestructura y servicios de los pueblos y parajes, como centros de servicios rurales de apoyo a la economía regional, ante la continua migración y riesgo de despoblamiento, diversificar las actividades productivas y generar otras de apoyo y complementarias a la ganadería.
€ Se debe analizar en profundidad la búsqueda de alternativas productivas que generen nuevas formas de subsistencia en mejora de la economía familiar. El surgimiento de nuevos servicios y actividades agropecuarios favorecerá el intercambio comercial en la región.
€ La estructura de esta zona está dada fundamentalmente por la producción de lana y pelo, por lo cual, considerando el actual nivel de desarrollo alcanzado por la misma, en un futuro muy próximo no podrá ser la sostenedora del crecimiento demográfico, ni como única actividad.
€ Generar mejores condiciones de vida en el campo, con la utilización de energías alternativas, el mantenimiento de los caminos vecinales y el diseño de un programa específico para viviendas rurales.
€ Las migraciones internas debieran responder a tendencias naturales de desplazamiento de la población y no a movimientos compulsivos, productos de situaciones que se podrían haber previsto, por falta de continuidad en las políticas y acciones del Estado local, provincial y nacional.
€ El prolongado período de sequía y el proceso de desertificación que presenta la región evidencian la necesidad de poner en valor los valles menores con infraestructura de riego, la recuperación de mallines degradados y el manejo de las pequeñas cuencas hídricas. Pensando que estos diferenciados ambientes constituyen islas productivas dentro de la región, al servicio de la producción ganadera intensiva y extensiva como proveedora de pasturas.
€ La problemática ambiental que presenta la región, reflejada principalmente en la degradación de los suelos y pastizales que afecta fundamentalmente a los pequeños productores, con efectos negativos en lo productivo, económico y social, puede plantearse en el plano de la protección de los recursos naturales, pasando a constituir reservas agroecológicas.
De esta manera, el uso de la tierra se realizará a través de un plan de manejo productivo sostenible en los predios, con intervención del Estado. Siendo así, sus ocupantes podrán realizar actividades productivas sustentables, asumiendo los ocupantes o propietarios de la tierra un nuevo rol, con responsabilidad compartida con el Estado, ante el uso y manejo de los recursos naturales.
Por lo cual, los predios adquieren un valor económico que no proviene solamente de su producción, sino por el servicio ambiental que brindarían a través de la conservación de los suelos, agua, vegetación y fauna, pasando a conformar ese valor económico en un capital social que beneficiará a toda la sociedad.
Los pobladores, a través de la revalorización del trabajo rural con el cuidado del ambiente, desarrollando actividades productivas sustentables, tienen la posibilidad de quedarse en estas reservas agroecológicas, afianzando el arraigo y sentido de pertenencia a la tierra, por realizar un trabajo de protección de los recursos naturales y recibir beneficios sociales por ese cuidado.
En este esquema, las tierras fiscales requieren de una política focalizada donde se revea el uso de la tierra, tenencia y la unidad productiva, considerando en primer término los aspectos sociales-productivos-ambientales que comprenden las mismas. Las reservas y agrupaciones aborígenes requieren de un tratamiento en particular, acordado con las propias comunidades.
€ La incorporación de tecnologías apropiadas al alcance del productor, sumado a cambios en la estructura de producción, como formas asociativas de uso de la tierra, además de la capacitación y esquemas de financiamientos viables de acuerdo con las posibilidades del productor, constituyen los pilares básicos para un cambio, incorporando nuevos modelos de producción y comercialización como estrategias.
€ La temática educativa es central y fundamental, considerando que la verdadera reforma estructural se dará con un sistema educativo formal y no formal que instale en la región una nueva forma de pensar y visión sobre el futuro deseado para este territorio.
El desarrollo rural requiere de una planificación del territorio, con la plena participación de su comunidad, donde se defina un sistema de relaciones equilibrado entre lo urbano y rural; cada uno de estos espacios con sus roles y funciones bien específicas, dando un orden al territorio en la ocupación y uso del suelo, la disponibilidad y manejo de los recursos naturales, con relación a la sustentabilidad de las actividades económicas en general.
(*) Licenciado en Geografía.
Técnico-profesional del Ministerio de Producción provincia de Río Negro.
mluquez_mario@hotmail.com
Mario Martínez Lúquez (*)