Derrumbe en la Fiesta Nacional del Sol
La parte central del escenario de la Fiesta Nacional del Sol se cayó ayer, cerca de las 21:45, y provocó varios heridos. Uno de ellos habría sido intervenido quirúrgicamente de una fractura en cadera y húmero. José Luis Gioja, gobernador de San Juan, ratificó que "la fiesta no se suspende".
Después del derrumbe, en el autódromo "Eduardo Copello" se dirigieron varias ambulancias para atender a las casi 700 personas que trabajan para la fiesta. Aunque se habló de 21 accidentados, algunos artistas aseguraron que serían cerca de 50 los heridos. Uno de ellos habría sido intervenido quirúrgicamente de una fractura en cadera y húmero. Gioja ratificó en el Servicio de Urgencia del hospital Rawson que "la fiesta no se suspende".
La concentración de los artistas, como se venía haciendo siempre, fue en el Auditórium "Juan Victoria" y desde ahí en colectivos hasta el parque provincial Federico Cantoni. Era una jornada más de ensayos pero esta vez con un condimento especial: El sábado, los directores, habían anunciado que Gioja iba al autódromo en la jornada del lunes. Siempre va el primer día de la última semana. Sin amenazas de lluvias y a pocas horas del inicio de la Fiesta Nacional del Sol, el viaje hasta autódromo "Eduardo Copello" tenía otro sabor.
Los ensayos ya habían comenzado y tras completarse el primer y el segundo cuadro, la tragedia se asomaba sobre los artistas que iniciaron el tercer cuadro denominado "Santos y Soldados". Tras pasar 15 minutos, una compuerta cedió en el medio del escenario. Había unas 30 o 40 personas en ese momento sobre ese sector, que era sostenida por una grúa hidráulica que estaba apagada.
El piso de fenólico en ese lugar había sido reparado y nada hacía suponer que podía ocurrir un accidente. Dante Elizondo, ministro de Turismo, había llegado al autódromo y todo indicaba que la presencia del gobernador Gioja era inminente. Casi como un ritual la llegada del mandatario provincial es un clásico en el primer ensayo de la última semana.
Mientras todo transcurría como estaba previsto, el piso de fenólico que había sido reparado más temprano colapsó. Un fuerte ruido dejó paralizado a los asistentes y las miradas se dirigieron al escenario mayor. Unas 30 personas cayeron a la fosa de 5 metros y algunos quedaron colgados agarrándose de las orillas.
Gritos, sorpresa, llantos, miradas incrédulas, nadie entendía nada en esos primeros segundos. Algunos reaccionaron rápido y lograron rescatar a 10 bailarines mientras que otros salieron como pudieron. Elizondo, que esperaba la llegada del gobernador, quedó paralizado. No podía articular palabras ni siquiera dar una orden.
Para colmo, en el predio había sólo una ambulancia había para atender a los casi más de 700 personas que estaban trabajando. Tampoco había personal de Bomberos. En otro sector del autódromo, la gente del Teatro Aéreo, que también estaba ensayando, llegó rápidamente al escenario en ayuda de los accidentados. Actuaron fríamente. No se desesperaron y eso permitió rescatar inmediatamente a los artistas.
En medio del caos y mientras se trabajaba en rescatar a 4 personas que había quedado atrapadas, llegó a los 20 minutos la segunda ambulancia y 10 minutos después otras 4. Los Bomberos lo hicieron a los 40 minutos después pero la gente del Teatro Aéreo fue fundamental para el rescate. Mientras se trabaja intensamente, una persona, que sería una psicóloga, se armó de un megáfono y comenzó un fino trabajo de convencimiento colectivo que duró unos minutos.
Mientras tanto, en el Servicio de Urgencia del Hospital Rawson el secretario de Turismo, Ubaldo Hidalgo, intentó coordinar la llegada de las ambulancias y contener a los familiares de los heridos. Algunas ambulancias trasladaban accidentados con cierta gravedad que indicaban algún tipo de intervención quirúrgica. La cantidad de accidentados informado por las radios iba de 17 a 21 pero algunas fuentes cercanas indicaron que cerca de 50 habían sido atendidas. Una de ella habría sido operada de una fractura de cadera y húmero.
Cerca de las 23:30 el gobernador Gioja llegó al Servicio de Urgencia y ante la prensa ratificó que "la fiesta no se suspende" y para distender la situación lanzó que "Dios es sanjuanino". Nada de eso hacía modificar el gesto y la palidez del mandatario. La sombra de la desgracia había asomado por la fiesta y parecía que todo se desmoronaba.
Mientras Gioja controlaba la actividad en el Servicio de Urgencia, misteriosamente los distintos programas de radios se silenciaron. No hubo manera de obtener hasta tarde un registro de lo que ocurría y de la cantidad de accidentados. No hubo declaraciones de familiares y algunos periodistas, que prefirieron ocultar sus nombres, aseguraron que "recibimos llamadas para finalizar con nuestra transmisión". El tema era simple: había que acallar todas las voces posibles y evitar que la Fiesta Nacional del Sol tuviera su primera mancha de desgracia.
Aunque algunos periodistas radiales intentaron suavizar la situación desviando la atención hacia dos diarios digitales moderados, la realidad fue golpeando las mesas de redacción y ya nada se pudo ocultar. El Servicio de Urgencia comenzó a llenarse de familiares y las ambulancias llegaban con accidentados.
La tragedia se hizo parte de la Fiesta Nacional del Sol y más allá que no se quiera decir, el hecho es información y los sanjuaninos deben conocer como fue el suceso. Los responsables, como dijo el gobernador Gioja, deberán ser identificados. Ahora o más tarde pero alguien deberá asumir la responsabilidad de las inexistentes medidas de seguridad.