Dengue: la “ola subpolar” contra los mosquitos responsables de la enfermedad durará más de lo previsto por un evento climático extra

El nudo que se armó entre el verano que no se quería ir y el otoño al que le costó llegar alcanzó su clímax para finalmente a partir de este miércoles dar lugar al desenlace, con temperaturas máximas por debajo de los 20 grados, lo que se verá replicado durante varios días.

Definitivamente, el viraje puede ser un bálsamo contra la epidemia récord de dengue, mientras la población espera que el Off! o producto similar aparezca visible en las góndolas y ahorre la incomodidad de tener que rebotar ante cada vendedor con la previsible respuesta: “Repelente nada”.

Pero la “ola subpolar” anunciada desde la semana pasada se extenderá más allá de los cuatro o cinco días previstos originalmente. Sus efectos, se supo este martes, se extenderán buena parte de la semana que viene. Se trata de una buena noticia en función de ponerles un freno a los mosquitos Aedes aegypti, transmisores del dengue.

Pero como dice el refrán, al que le guste el durazno que se aguante la pelusa. Pelusa que en este caso es el evento climático extra, de alta intensidad, que se aproxima a la Ciudad de Buenos Aires, con el anuncio de fuertes ráfagas de viento de hasta 60 kilómetros por hora y abundantes lluvias. ¿Un nuevo episodio extremo como los varios que ya hubo en lo que va del año? Habrá que esperar para conocer su verdadero impacto.

Marcelo Madelón, pronosticador y licenciado en Medio Ambiente, detalló con precisión como será desde el punto de vista meteorológico la seguidilla de días que se viene: “El aire frío comienza a ingresar este miércoles, con máximas que no estarían más allá de los 17 grados y precipitaciones débiles. El jueves la máxima llegaría a 19 grados, y el viernes se incrementa el viento del este, con mucha humedad, y la máxima estaría en 20 grados”.

A partir de ese momento, de cara al fin de semana, la situación se empezaría a complicar. “El sábado la máxima bajará otra vez a 19, será un día prácticamente sin amplitud térmica, y comenzará a llover con mucho viento del este, con ráfagas de 50 kilómetros por hora. Hay que ver si eso no aumenta el nivel del Río de la Plata. El domingo las ráfagas del este treparán casi a 60 kilómetros por hora, con abundantes lluvias que continuarán el lunes”, explicó Madelón.

Las lluvias, se sabe, son un caldo de cultivo para los mosquitos. Pero mientras éstas vengan acompañadas de temperaturas bajas ese riesgo en parte se mitiga. Como siempre, el problema podría venir luego, si vuelven días algo más templados y no se hace el descacharrado adecuado.

El día bisagra del temporal será el próximo martes, ya que se espera que entonces el viento rote al noroeste. “Lloverá un poco más ese día y el miércoles 17 de abril mejorará el clima. Las temperaturas máximas desde ese momento y hasta el viernes se mantendrán entre los 20 y 21 grados. En conclusión, baja notoriamente la temperatura desde ahora y por lo menos durante gran parte de la semana próxima. Ya las marcas serán otoñales”, finalizó el experto.

Finalmente llegó el frío en forma de una ola subpolar que es un bálsamo contra el dengue, pero también trae un evento climático de alta intensidad.

La inflexión del clima y el inminente arribo de los insumos polacos para ahuyentar a los mosquitos habilitan un combo esperanzador, a fin de que la agresiva curva epidemiológica de esta temporada empiece a ceder, luego de alcanzar dos cifras inéditas y todavía provisorias: más de 230 mil casos y 161 muertes.