Democracia cautiva
* Por Robert Dean. La campaña republicana en EE UU, a pesar de su mediatización, espectacularidad e información permanente, contrasta con un parco interés del electorado.
Se ha convertido en una feria de vanidades y de tecnología, de frivolidades y de golpes de efecto dirigidos a los millones de espectadores que, aún modestos, cuentan con su pantalla LED y su decodificador para presenciar en directo las andanadas de agravios de los candidatos.
Las redes sociales dejan atrás a las tradicionales agencias de prensa y las han reemplazado en el frenesí informativo. Pero la característica más notoria es la irrupción del dinero, puesto que desde enero de 2010, la Corte Suprema con mayoría de un solo voto cambió las normas, liberalizando las donaciones privadas sin límites, en una decisión que significó un tsunami doctrinal.
El financiamiento político-electoral en Estados Unidos ha confrontado históricamente los principios de libertad de expresión sin regulaciones federales y de lucha contra la corrupción, que debe expresarse a través de marcos normativos. Fue en defensa del primero de ellos que los jueces emitieron su veredicto.
RECAUDACION
Las recaudaciones, objetivo estrella de los mecanismos de sostén de los candidatos, se dirigen a los súper comités de acción política (Super PAC´s) que suman aportes a sus lemas: "Restaurar nuestro futuro" (Romney), "Blanco, Rojo y Azul" (Santorum), "Refrendar la Libertad" (Ron Paul) u otros, en el marco global que permiten las nuevas reglas. De este modo, no sólo los intereses privados y de los grupos de presión reinan sobre el interés general, sino que conducen a hostilidades en el seno de los partidos políticos, prolongándolas con un vendaval de slogans negativos entre los rivales en liza.
Las compañías petroleras, los bancos, los lobbys de armamento, entre otros, son actores principales apoyando a numerosos candidatos que rozaron los extremos del ideario republicano (Bachmann, Perry, Cain).
Obama también cuenta con su Super PAC bajo el lema "Prioridades para la Acción" que jugará un rol determinante en la campaña presidencial a partir de la definición de las candidaturas partidarias a favor de Romney luego del reciente retiro de Santorum.
CIFRAS EN JUEGO
En las elecciones de 2008 las cifras destinadas al financiamiento de la política alcanzaron 5.000 millones de dólares, en tanto que para la próxima elección se estima que llegarían a una cresta cercana a los 8.000 millones.
El poder, la opacidad de objetivos de los principales aportantes y su influencia sobre los electores impone su flujo de caja sobre las necesidades e ilusiones del ciudadano común, con obvias consecuencias negativas para la democracia.
La sociedad civil y los medios de comunicación prometen jugar un papel en el análisis de los posibles escándalos de corrupción que pudiera producir el nuevo fenómeno recaudatorio para lograr equilibrio y regulación que conduzcan a mayor transparencia y credibilidad en el sistema.