¿Del Potro pecho frío?
A pesar de ganar títulos, de ser uno de los mejores tenistas argentinos de la historia, al tandilense todavía se lo cuestiona. ¿Por qué?
Es increíble, inexplicable e inentendible la manera de ser del hincha argentino. El exitismo está tan a flor de piel que, en una sociedad sin matices, todo es blanco o negro, ganador o perdedor, valiente o pecho frío.
Ahora, algo debe estar mal para que hasta los indiscutibles para el mundo entero acá sean cuestionados, obviamente, en base a un resultado, algo que es completamente circunstancial dentro de un juego donde, guste o no, solamente uno puede ganar.
Algunos datos para los resultadistas: Juan Martín del Potro es número 5 del mundo, llegó a ser 4; se llevó un Grand Slam (es el tercer argentino en la historia en lograrlo); ganó una medalla de bronce en Londres 2012; tiene 17 títulos entre Challengers, ATP y dobles (más que el "super ganador" Nalbandian); y compite mano a mano con jugadores de la talla de Federer, Nadal y Djokovic (gana, en promedio, 1 de cada 3 partidos que juega ante ellos).
Y sí, así y todo algunos lo consideran pecho frío. ¿Porque no ganó la Davis? Ni Vilas, ni Clerc, ni Nalbandian lo hicieron anteriormente. Cierto, renunció por cuestiones internas, egoísmos e intereses de todos deportistas (mucho más marcado en un deporte tan individual como el tenis), pero ¿por qué no habría de hacerlo? Si somos la única sociedad que lo ovaciona un viernes y lo destruye un sábado.
Históricamente a los talentosos se los calificaron como pechos fríos. Riquelme es el caso más claro: el mejor jugador del fútbol argentino, y hasta los propios hinchas de Boca lo cuestionan por "no poner huevo", por no correr.
No, señores, acá la que tiene que correr en la pelota. Sea en el tenis, fútbol o básquet, y eso sólo los talentosos lo logran. Si tener calidad para algo implica ser pecho frío, bueno, sería positivo que todos en la sociedad tengamos el tórax un poco más fresco.