Dejó el fútbol para donarle un riñón a su hija
Se trata de Ariel Giaccone, delantero que pasó por Belgrano, quien abandonó su profesión para donarle un órgano a su nena de 19 años.
Ariel Giaccone demostró que un padre puede dejar todo por su hija. Este hombre de 36 años decidió dejar el fútbol para poder donarle un riñón a Gabriela, su nena de 19 años, que necesitaba un trasplante para seguir viviendo.
Por esto, el pasado 7 de diciembre le donó un riñón para que pudiera tener una vida normal y se ganó para siempre el orgullo de ser un ejemplo dentro y fuera de la cancha.
Ariel pasó por Belgrano (se lo recuerda por un gol a Unión de Santa Fe en 2001), Sportivo Belgrano, Ferro, San José (Bolivia), 9 de Julio de Morteros, y también jugó en equipos de Altos de Chipión, Centro, su último equipo fue Porteña Asociación. "Me entero a mediados de abril de la enfermedad de Gabriela, puntualmente se llama deficiencia renal. Hicimos varios estudios hasta que a mediados de junio el doctor Mateo nos comunica la enfermedad después de no saber bien qué era. Hasta se llegó a pensar que era anoréxica, pero en definitiva el tema era que sus riñones no funcionaban", contó en una entrevista para un medio gráfico, a lo que añadió: "Todo sucedió en el Sanatorio Allende en Córdoba, mi operación duró cerca de seis horas, Gabriela un poco más pero muy parecido. Por suerte salió todo bien. Me sentía muy tranquilo, siento que Dios me dio esa tranquilidad. Siempre pensé en positivo: el miedo estaba, pero nunca lo trasmití a mi familia"
Por esto, el pasado 7 de diciembre le donó un riñón para que pudiera tener una vida normal y se ganó para siempre el orgullo de ser un ejemplo dentro y fuera de la cancha.
Ariel pasó por Belgrano (se lo recuerda por un gol a Unión de Santa Fe en 2001), Sportivo Belgrano, Ferro, San José (Bolivia), 9 de Julio de Morteros, y también jugó en equipos de Altos de Chipión, Centro, su último equipo fue Porteña Asociación. "Me entero a mediados de abril de la enfermedad de Gabriela, puntualmente se llama deficiencia renal. Hicimos varios estudios hasta que a mediados de junio el doctor Mateo nos comunica la enfermedad después de no saber bien qué era. Hasta se llegó a pensar que era anoréxica, pero en definitiva el tema era que sus riñones no funcionaban", contó en una entrevista para un medio gráfico, a lo que añadió: "Todo sucedió en el Sanatorio Allende en Córdoba, mi operación duró cerca de seis horas, Gabriela un poco más pero muy parecido. Por suerte salió todo bien. Me sentía muy tranquilo, siento que Dios me dio esa tranquilidad. Siempre pensé en positivo: el miedo estaba, pero nunca lo trasmití a mi familia"