DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

Deficiencias impropias de uno de los principales accesos viales a La Plata

En numerosas ocasiones se ha tratado en esta columna el grave problema que representa el mal estado de algunos de los caminos de acceso a La Plata, en situaciones que suscitan permanentes y justificados reclamos.

Y ahora se ha presentado esta situación con el camino Rivadavia, que une a Ensenada con La Plata, una ruta que desde hace mucho tiempo se ve signada por el abandono y el peligro.

Angosto, con sólo una mano de ida y otra de vuelta, cargado de camiones, colectivos y miles de automóviles que lo transitan diariamente, caracterizado por los numerosos accidentes que allí se registran, el camino Rivadavia se ve también sembrado de baches que complican aún más la circulación. Pero las banquinas rotas y descuidadas, la falta de un alumbrado suficiente en las noches y otras muestras de evidente abandono, agravan aún más el panorama.

Tal como se señaló en la nota publicada en este diario, los puntos más críticos se dan en la dirección Ensenada-La Plata. En ese carril, el mayor abandono se observa en la esquina de Saenz Peña, en el tramo que corre a la altura de La Montonera y frente al Parque Martín Rodríguez.

Como se ha dicho, el intenso tránsito de vehículos de gran porte -colectivos y muchos transportes de carga que se dirigen al polo petroquímico o al Puerto- dificulta el funcionamiento general de una vía caminera que, a pesar de ser uno de los principales caminos de acceso a nuestra ciudad, con sus dos manos solas y su estado deficiente reclama un urgente rediseño.

No hace mucho tiempo se enfatizaba en esta columna acerca de la continuada política vial que lograron enhebrar -varias décadas atrás- sucesivas administraciones provinciales, que aplicaron medidas de avanzada en materia de obras públicas, jerarquizaron la función de la dirección provincial de Vialidad, lograron extender en forma extraordinaria el kilometraje de rutas construidas y, al mismo tiempo, mantener las redes viales secundarias.

Se conoce que, lamentablemente, esa atención estructural dejó de ofrecerse y que, especialmente en nuestra Región, son los principales caminos de acceso a La Plata los que muestran deficiencias impropias del servicio que deben prestar.

Así como se sucedieron reclamos por el estado de la diagonal 74 en dirección a Punta Lara, no hace mucho se habló también en estas páginas del deficiente estado que presentan vías camineras igualmente significativas, como con, por caso, los caminos Belgrano y Centenario o las ruta 11 y 215. Cabría añadir que también se encuentra virtualmente destruido el camino que sale de Villa Elisa y llega a Boca Cerrada, en Punta Lara.

Debe subrayarse, frente al cuadro descripto, la imperiosa necesidad de que -en el caso del camino Rivadavia- se encaren los trabajos de reparación que hacen falta y que, paralelamente, se proyecte una vía con dos carriles de ida y de vuelta. Lo que está en juego es la seguridad de miles y miles de personas que los transitan en forma permanente, así como el desarrollo general de la zona, que no puede quedar subordinado a la mala prestación de un camino troncal.