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Deberá pagar casi 200 mil pesos por una patada

El volante argentino nacionalizado italiano, Mauro Camoranesi, deberá indemnizar con casi 200 mil pesos, más intereses, a un futbolista que lesionó hace 16 años en un partido de ascenso.

A 16 años del hecho se dio a conocer un fallo de la Sala I de la Cámara Civil y Comercial de Mar del Plata, en el que se sanciona a Mauro Camoranesi por un planchazo fortísimo a Roberto Javier Pizzo en un clásico entre Aldosivi y Alvarado, el clásico de la ciudad. Ahora, por haber perdido el caso, Mauro deberá pagarle al agredido casi 200 mil pesos.

El hecho surgió el 14 de agosto de 1994 en el clásico marplatense. Aldosivi derrotaba 2-0 a su eterno rival y todo estaba calmo hasta el minuto 42 de la primera parte.

En ese momento fue cuando Pizzo quiso dominar el balón y no lo logró. Tras fracasar en el intento, la pelota se le fue larga y, como en miles de jugadas, ambos se tiraron al suelo y chocaron.

Producto de la disputa, al ex volante de la Selección italiana se le fue el pie y rompió a su rival. Tras el impacto, el médico de la entidad marplatense marcó: rotura de ligamento cruzado anterior, rotura de ligamento cruzado posterior, rotura de ligamento lateral externo, roturas de meniscos interno y externo, cápsula de la rodilla, tendón del bíceps, nervios varios, hematomas y desgarros, estando a punto de ser seccionada la arteria femoral. Y además, Pizzo, quien quiso volver a jugar, no pudo producto de la patada.

Roberto inició una demanda contra Camoranesi y la Sala I de la Cámara Civil y Comercial de Mar del Plata dio a conocer el veredicto final en una jurisprudencia sin precedentes, y con polémica. "Si bien no podía calificar el accionar como intencional, denotaba una notoria torpeza, un exceso en la práctica del deporte, anormal y evitable", explicó la Justicia. El fallo indica que Mauro deberá abonar la suma de $199.200 más intereses desde el momento del hecho, o sea, desde hace 16 años.

Por su parte, el flamante jugador del Birmingham inglés trató entonces de justificar lo sucedido al decir que fue “una desafortunada disputa del balón y que no puede condenarse por jugadas riesgosas sin intención de dañar. Se trata de un deporte de contacto y fricción”.