De la cloaca a su motor: nace el coche impulsado a caca
Se puede decir que el automóvil es impulsado a “gases orgánicos”. Se le puede llamar “combustible biológico”. Lo cierto es que el nuevo coche inglés funciona a base de excrementos humanos. Quién diría: la materia fecal revoluciona a la industria automotriz.
El sistema tiene un nombre elegante: funciona “a digestión anaeróbica”. Esto significa que usa como biocombustible el gas producido por el tratamiento de aguas servidas. El novedoso vehículo, presentado en la ciudad de Bristol, Gran Bretaña, es el primer proyecto ecológico de cuatro ruedas de la firma GENeco, desarrollado conjuntamente con la empresa Volkswagen.
Se llama Bio Bug, para los amigos “bioescarabajo”, y recorre 160 mil km al año sólo con el biogás generado por 70 hogares.
Se conocen pocos detalles sobre el proceso para producir el combustible limpio del que el vehículo se abastece; en cambio, sí algo de la historia del prototipo. Según la empresa, las aguas cloaclales recicladas por la GENeco producían energía eléctrica a partir del biogás exclusivamente para su planta. Con los años, las mejoras tecnológicas permitieron incrementar la producción, abasteciendo a los usuarios de la red eléctrica nacional. Aún así, a la compañía le quedaba resto para probar nuevas aventuras.
El gerente de la compañía, Mohammed Saddiq, explicó que la iniciativa surgió a partir de una pregunta: “¿Qué hacer con el gas excedente?”. Así lograron desarrollar este sistema, que permite utilizar el metano como biocombustible.
El Bio Bug funciona a gas metano, un hidrocarburo generado por los excrementos humanos y otros desperdicios orgánicos que nutren las cloacas. “En lo demás es idéntico a cualquier auto”, aclaró Saddique, en un intento por disipar dudas sobre los aromas que despide el caño de escape.