De la "Cheta de Nordelta" a la "Cheta de Punta del Este" sin escalas
Discriminación 2.0.
Hace cinco años en nuestro país, precisamente durante 2017, un audio viral se transformó en un verdadero fenómeno de debate clasista sin precedentes. Aquel debate, elaborado por el manager de medios Jorge Zonzini, fue bautizado como "La Cheta de Nordelta" y transitó por las redes sociales y todos los medios de comunicación durante varias semanas.
Allí se reflexionó sobre las absurdas diferencias clasistas de algunos argentinos cuando una cirujana planteaba su queja ante su administradora, una tal Michelle, por que no "le divertía" que sus vecinos del lote contiguo, a pesar de haber comprado los mismos metros cuadrados que ella en su barrio privado, no encajaran con sus determinados códigos de "estética visual, moral y ético".
Ahora, y una vez más tras la viralización de un nuevo audio, Zonzini instala el debate sobre si es tan real archi mencionada "hermandad latinoaméricana".
En este nuevo material surgido de una historia de Instagram y filtrado en las redes, una mujer residente de Punta del Este se refiere a los brasileros, paraguayos y argentinos como "Invasores repletos de Covid" y con desesperación solicita según sus palabras un "Help" (ayuda) para no vivir ese "Infierno inmundo" en el que se va a transformar durante los quince días fuertes del verano (del 25 de diciembre al 8 de enero) su ciudad por la llegada de los turistas mencionados.
Pide a sus amigas del interior al menos un "colchón" en el campo donde "no haya seres humanos" y que la ayuden a salir de Punta del Este por que su ciudad balneario se transformará en un "asco, en un vómito".
Lo más sorprendente en la similitud de ambas "Chetas", tanto la nordelteña como la puntaesteña, es su desprecio por la condición de sus pares ya que mientras la cirujana de Nordelta se quejaba de los "perros que gritan", de sus vecinos "bestias", "tomadores de Mate en el muelle" y de sus "reposeras de Mar del Plata", por su lado, la Directora de Arte de Punta del Este se queja por los brasileros, paraguayos y argentinos que llenan sus restaurantes, gritan al hablar y "rompen las bolas", así como de las diferencias de manejo de sus autos (en la rotonda) y de los padres de "niños que corren" y "rompen las pelotas" sin comprender que lo hacen al lado de una "terrorista" como se auto califica.
Sin lugar a dudas ambas coinciden en una vil discriminación por temas de "códigos de estética visual" tal referenció la nordelteña, pero por su lado la puntaesteña se enmarca aún más en una pronunciada tendencia xenófoba.
Ambos debates nos llenan de interrogantes que aún no parecen tener respuestas claras: ¿Se trata de "lobas solitarias" dentro de sus círculos sociales?¿O ambas representan los pensamientos discriminatorios y xenofobos de la mayoría?
¿Los argentinos son clasistas y discriminan según la posición económica y el estrato social al que pertenecen sus pares? ¿La hermandad latinoamericana es puro cuento y la xenofobia es moneda corriente a la hora de sentirse invadidos por los vecinos de países limítrofes?
El debate, sin lugar a dudas, ya está abierto y solo resta aguardar si durante las próximas semanas se arrojará algo de luz para saber cual es la verdad.
Allí se reflexionó sobre las absurdas diferencias clasistas de algunos argentinos cuando una cirujana planteaba su queja ante su administradora, una tal Michelle, por que no "le divertía" que sus vecinos del lote contiguo, a pesar de haber comprado los mismos metros cuadrados que ella en su barrio privado, no encajaran con sus determinados códigos de "estética visual, moral y ético".
Ahora, y una vez más tras la viralización de un nuevo audio, Zonzini instala el debate sobre si es tan real archi mencionada "hermandad latinoaméricana".
En este nuevo material surgido de una historia de Instagram y filtrado en las redes, una mujer residente de Punta del Este se refiere a los brasileros, paraguayos y argentinos como "Invasores repletos de Covid" y con desesperación solicita según sus palabras un "Help" (ayuda) para no vivir ese "Infierno inmundo" en el que se va a transformar durante los quince días fuertes del verano (del 25 de diciembre al 8 de enero) su ciudad por la llegada de los turistas mencionados.
Pide a sus amigas del interior al menos un "colchón" en el campo donde "no haya seres humanos" y que la ayuden a salir de Punta del Este por que su ciudad balneario se transformará en un "asco, en un vómito".
Lo más sorprendente en la similitud de ambas "Chetas", tanto la nordelteña como la puntaesteña, es su desprecio por la condición de sus pares ya que mientras la cirujana de Nordelta se quejaba de los "perros que gritan", de sus vecinos "bestias", "tomadores de Mate en el muelle" y de sus "reposeras de Mar del Plata", por su lado, la Directora de Arte de Punta del Este se queja por los brasileros, paraguayos y argentinos que llenan sus restaurantes, gritan al hablar y "rompen las bolas", así como de las diferencias de manejo de sus autos (en la rotonda) y de los padres de "niños que corren" y "rompen las pelotas" sin comprender que lo hacen al lado de una "terrorista" como se auto califica.
Sin lugar a dudas ambas coinciden en una vil discriminación por temas de "códigos de estética visual" tal referenció la nordelteña, pero por su lado la puntaesteña se enmarca aún más en una pronunciada tendencia xenófoba.
Ambos debates nos llenan de interrogantes que aún no parecen tener respuestas claras: ¿Se trata de "lobas solitarias" dentro de sus círculos sociales?¿O ambas representan los pensamientos discriminatorios y xenofobos de la mayoría?
¿Los argentinos son clasistas y discriminan según la posición económica y el estrato social al que pertenecen sus pares? ¿La hermandad latinoamericana es puro cuento y la xenofobia es moneda corriente a la hora de sentirse invadidos por los vecinos de países limítrofes?
El debate, sin lugar a dudas, ya está abierto y solo resta aguardar si durante las próximas semanas se arrojará algo de luz para saber cual es la verdad.
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