De hijos y entenados
Hay algo en común en la actitud del Gobierno con las distribuidoras eléctricas y el reparto de la publicidad oficial en TV. Y entra directamente en el campo de la sospecha y la arbitrariedad.
Es demasiado obvio que el ministro De Vido decidió ampliar a Edenor y Edelap las auditorías por los cortes de luz porque todo el mundo vio demasiada hostilidad en que sólo se investigara a Edesur. O peor: que se creyera, con buenos fundamentos, que detrás de esa embestida asomaba el intento de intervenirla, estatizarla o entregársela a empresarios amigos del poder.
Con Edesur, citaron al embajador italiano, se publicó como nueva en el Boletín Oficial una resolución de septiembre y hubo condenas oficiales por todas partes. En el caso de Edenor y Edelap, apenas un anuncio de De Vido.
Canal 13 fue el más visto del año: tuvo 10.1 de rating. Telefé 9.9 y bastante más atrás el 9 con 5.8. Pero en el rating de los 107 millones de la publicidad oficial, el 9 les pasó el trapo a todos: se quedó con el 67,5% de la plata.
Segundo entró Telefé con el 16,7% y último el 13, con un 5%. Ni hace falta sospechar que así el Gobierno benefició a un medio que es definitivamente amigo y a otro filoamigo. Y castigó a uno crítico. Es tan obvio que de ese modo paga complacencia y complicidad como lo es que al kirchnerismo le importa nada difundir la gestión oficial. De lo contrario lo haría a través de aquellos medios que le garantizan mayor audiencia.
Más de lo mismo. Duro de Domar y TV Registrada, dos programas que funcionan como servicios de informaciones del Estado, se llevaron el 20% de toda la pauta . Por donde se mire aparecen los modos de operar del kirchnerismo. Y muchas veces sin el menor pudor.