¿De dónde viene la frase "meter los cuernos" para referirse a una infidelidad?

La expresión "meter los cuernos" es tan común que la tomamos como si fuera natural. Sin embargo, tiene un significado histórico, debido a una vieja tradición. ¿De cuál se trata?

Su origen es difuso, pero muchos creen que nació en la Inglaterra medieval, cuando los nobles británicos poseían "derechos de pernada" sobre las mujeres de que ocuparan cada una, es decir, podían mantener relaciones con cualquiera de las allí presentes sin ningún tipo de compromiso.

Cuando esto ocurría el noble colocaba en la puerta de la casa su casco, adornado por los dos cuernos típicos, de manera que nadie se atreviese a importunar.

Esto dio origen a la expresión que hoy tratamos para referirnos a algún tipo de infidelidad, pues estas mujeres solían estar casadas o eran pretendidas por algún muchacho de las cercanías, que sentirían como una infidelidad la desgracia de que el noble se fijase en su amada.

Otra teoría nos remonta a la antigua Grecia en donde la tradición indica que Pasífae, la esposa del Rey Minos, cansada de las infidelidades de su esposo se enamora de un toro blanco.

Con la ayuda de Dédalo logró entablar relaciones con el Toro de Creta hasta quedar embarazada. De esa relación nació el Minotauro y su cornamenta se convirtió en un sinónimo de infidelidad.