Política
De cara a las Legislativas, oficialismo y oposición se enfocan en el 34% del padrón que no votó en las PASO
La participación del pasado 12 de septiembre fue históricamente baja y ambas coaliciones políticas ven en esa parte de los electores una nueva oportunidad.
El ausentismo en las PASO del 12 de septiembre fue históricamente de los más altos y tanto el Frente de Todos como Juntos por el Cambio evalúan que allí podría estar una de las claves para las legislativas de noviembre.
La participación electoral en las PASO de legisladores nacionales fue del 66%: en todo el territorio nacional sufragaron algo más de 23 millones de las 34.330.557 habilitadas para emitir su voto.
De esta manera en las primarias de este año votaron unas 2,5 millones de personas menos que en las del 2019, pero el ausentismo nivel de ausentismo es todavía más significativo si se lo compara con años elecciones: en 2017, la participación fue del 72%; en 2015 fue del 74%, en 2013 el 76% y en 2011, cuando fue reelecta la ex presidenta Cristina Kirchner, fue del 79%.
En ese contexto, los estrategas de campaña de las dos coaliciones dominantes se concentran en buscar la manera de atraer a esa vasta población que no fue a votar, con objetivos claramente distintos: uno para revertir la derrota y el otro para mejorar su triunfo.
En el Frente de Todos creen que el ausentismo tuvo mucho que ver con su caída en las PASO mientras que en Juntos por el Cambio creen que, si penetran en ese segmento de la población, pueden mejorar los buenos números que lograron en las primarias.
Según señalaron fuentes que trabajan en la campaña de la principal coalición opositora, la evaluación por estos días es que "no importan los votos" que fueron a otras fuerzas como la de José Luis Espert en la Provincia y la de Javier Milei en la Ciudad, sino que "importan los de la gente que no fue a votar".
En la provincia de Buenos Aires, donde la oposición postula a Diego Santilli como primer candidato a diputado nacional, confían en poder retener los votos que recibió Facundo Manes, su rival en las PASO, y que fueron importantes para el primer triunfo por su buen desempeño en el interior bonaerense.
Sin embargo, no se confían y saben que el Frente de Todos saldrá a jugar fuerte en ese distrito con el aparato del Estado, luego de la renovación del Gabinete que ya empezó a mostrar una nueva orientación en el discurso y en las acciones de campaña.
Al igual que Santilli, la candidata de la Ciudad María Eugenia Vidal mantiene reuniones diariamente con vecinos y comerciantes aunque las recorridas y apariciones en los medios menguaron transitoriamente.
Según adelantaron las fuentes consultadas, en el comando de campaña de la sede gubernamental de la calle Uspallata ya están realizando el análisis de "en qué lugar de la Ciudad se votó menos y a quién se votó" para "a partir de allí ir diseñando la estrategia".
En este sentido, indicaron que "a mediados de octubre" Vidal va a intensificar su presencia en la calle y medios de comunicación junto a los otros candidatos como Ricardo López Murphy, que hizo una buena elección en las primarias, aunque se evalúa una división por zonas para cada postulante.
Además, está previsto que en esas recorridas Vidal sea acompañada, como ocurrió en la campaña para las PASO, por figuras nacionales de Juntos por el Cambio como el ex presidente Mauricio Macri, el senador Martín Lousteau, la presidenta del PRO, Patricia Bullrich o la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió.
Por otro lado, con el objetivo central de dar vuelta el resultado en la provincia de Buenos Aires, desde el oficialismo dejan trascender que apuntan principalmente a reconquistar los votos perdidos en los barrios populares.
Hacia allí apunta la renovada presencia en el territorio por parte de funcionarios nacionales como Juan Zabaleta y Gabriel Katopodis, encargados de Desarrollo Social y Obras Públicas, respectivamente, con el acompañamiento del jefe de Gabinete, Juan Manzur, que se posiciona como coordinador de la campaña.
Por otro lado, el Gobierno mira a los sectores de clase media que en el mejor momento del kirchnerismo solían acompañar pero que ahora mostraron desencanto o directamente rechazo a la oferta oficialista: medidas como la suba del piso para el Impuesto a las Ganancias hasta los 175 mil pesos de sueldo bruto y el anuncio de la eliminación de retenciones a la exportación de servicios van en ese sentido.
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